Ante nuevos episodios de mortandad de abejas por aplicaciones de plaguicidas altamente peligrosos, la Red de Acción en Plaguicidas Chile / Alianza por una Mejor Calidad de Vida reitera su demanda de inmediata prohibición de los tres insecticidas neonicotinoides, el imidacloprid (Gaucho), clotianidina (Poncho), thiametoxam (Cruizer), de Syngenta y fipronil (Regent, de Bayer/Basf) de la familia de los fenil-pirazoles, cuyo uso ya está prohibido en la Unión Europea, y de otros plaguicidas tóxicos para las abejas como el Sevin. La petición de prohibición de los neonicotinoides (formulada en carta al SAG del 30 de agosto de 2013) y de los plaguicidas altamente peligrosos, no han sido acogidas por lo cual ahora la reiteramos con urgencia al gobierno de la Presidenta Bachelet.
Comienza la etapa de floración de los frutales, clave para las abejas y se repite este año -ahora en la región del Maule, antes en la del BioBio- el ciclo de mortandad de la Apis Melífera. Sin embargo el gobierno y SAG continúan haciendo oídos sordos a la situación, sin adoptar medidas de prohibición de los plaguicidas dañinos para las abejas, solicitadas en marzo y agostode 2013 por RAP-AL Chile y apoyadas ( en su oportunidad) , entre otros por la Red Nacional Apícola RAN y FEDEMIEL, ANAMURI y OLCA. En Chile se hace cada vez más notorio el Síndrome del Despoblamiento de las Colmenas (CCD) que amenaza la continuidad de las tareas de polinización, claves para la producción de frutas, la sobrevida misma de las abejas y el sustento de más de diez mil pequeños y medianos apicultores.
La aplicación de SEVIN, un insecticida cuyo principio activo es carbaryl, del grupo clasificado por la OMS como 1a (altamente peligroso), no permitido en la Unión Europea pero sí en Chile, es responsable de un nuevo caso de mortandad, esta vez de 30.000 abejas, que tuvo lugar en una fecha comprendida entre el 15 y el 20 de octubre. Se sabe que este insecticida producido por Bayer y vendido en Chile por ANASAC es mortal para las abejas.
La mortandad en videos
El nuevo afectado es el apicultor Claudio López, del sector del cerro de Buena Paz, comuna de Molina, región del Maule, aunque muchos otros casos no se hacen públicos. El es polinizador en huertos frutales. Su vecino –no identificado por el denunciante salvo por su apellido, Larraín – dueño de huertos de manzanas de exportación, hizo un raleo de sus árboles con SEVIN siete días después del inicio de la floración, justo a la hora del calor cuando las abejas salen a pecorear. Poco después se produjo la mortandad de todas las abejas que habían salido de la colmena a buscar sustento. El apicultor no recibió ningún aviso previo sobre la aplicación. El inspector del SAG de Curicó que visitó el lugar ante la denuncia, sostuvo que se trataba de un insecticida cuyo uso es legal, y no tomó muestras de las abejas muertas. Los hechos están registrados en un video subido por el apicultor afectado. Pocos días después, otro apicultor, identificado como JHPmiel subió a internet “ Polinización en Chile, Muerte de Abeja de 17 minutos ilustrando en vivo los efectos de las aplicaciones con fungicidas en huertos de arándanos y manzanos, mostrando abejas muertas o intoxicadas y señalando que no existen buenas prácticas agrícolas en el manejo de huertos de la región de OHiggins pese a los compromisos asumidos por los productores y exportadores de frutas. JHPmiel afirma en su video que los apicultores dejarán de polinizar si no cesan estas malas prácticas de manejo de los huertos frutícolas.
Sevin es un insecticida, de amplio espectro de acción, con residuos persistentes, que actúa por contacto e ingestión. Es un veneno agudo para las abejas, y destruye las colonias de las mismas que se alimentan en zonas donde este plaguicida haya sido aplicado. Explica el apicultor López: “Cuando el Sevin mata a las abejas recolectoras…es como si en una casa los niños se quedaran sin papá y mamá, que son los proveedores, sin ellos los pequeños se morirían de hambre. Las abejas de día salen a buscar el alimento. Si no llegan con él a la colmena, no hay forma de alimentar las crías. Es el ciclo que se cumple.”
Instrucciones de uso
Según las instrucciones de uso, Sevin XLR Plus 480 SC es utilizado para el control de plagas en diversos cultivos y comoraleador químico en manzanos. El período de carencia (persistencia del efecto tóxico en este caso en la flor) señalado en la etiqueta es de 70 días, y el de reingreso de personas, es de 12 horas tras la aplicación. La etiqueta no establece tiempo de reingreso para animales porque su uso es en huertos, sin embargo nada dice respecto de las abejas. En rigor, SAG legalmente debe responder sólo de la sanidad de animales y plantas, pero como señala la Red Nacional Apícola, los insectos están en tierra de nadie, no son objeto de la atención de esta ni ninguna otra entidad.
Mortandades similares o más graves se produjeron el año pasado afectando a otros pequeños apicultores. El apicultor López explica: “Es así como quiebran los apicultores porque no todos pueden alimentar a las crías cuando se quedan sin suministro de polen por la mortandad de las abejas pecoreadoras”. Hasta el año 2013, la versión oficial de SAG era que en Chile no había incidentes que mostraran que en el país también se vivía el síndrome del despoblamiento global de las abejas.
Prontuario del carbaryl
Este insecticida es un compuesto químico perteneciente a la familia de los carbamatos. La marca Sevin es de Bayer (que también produce los neonicotinoides) pero originalmente carbaryl fue registrado por Union Carbide, la industria responsable de uno de los mayores desastres químicos en Bhopal, India, con miles de muertos. El carbaryl es un inhibidor de la colinesterasa, tóxico para los humanos y las abejas, disruptor de la función hormonal y del sistema inmune. Los ingredientes inertes del carbaryl pueden causar daño genético.
Ha sido clasificado como un potencial carcinógeno para los seres humanos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, (EPA.) Además de matar abejas y varios insectos beneficiosos, es tóxico para diversas especies de crustáceos.
Desidia de autoridades
Resulta extremadamente curioso que en las normas sobre profesionalización de la polinización que estudia actualmente el INIA y la Universidad Católica junto al Instituto de Normalización (con fondos de INNOVA CORFO), no se incluya como tema relevante la prohibición del uso de plaguicidas altamente peligrosos en los cultivos frutales. Estas normas estarían siendo discutidas con FedeFruta y el Centro Nacional Apícola, junto a otras organizaciones de apicultores, fruticultores, Estado, científicos, y consumidores, aunque RAP-Chile no ha sido considerado en esas consultas. El Acuerdo de Producción Limpia APL del que formaron parte Fedefruta y el Centro Nacional Apícola se discutió en 2012. En la oportunidad, Eduardo Aylwin, representante de ACHIPIA, la Agencia Chilena de Inocuidad Alimentaria, se opuso a que se incorporara el tema de los plaguicidas tóxicos para las abejas y señaló que los neonicotinoides contaban con amplios registros en la Unión Europea, lo cual a esas alturas ya no era así pues se había anunciado la prohibición y varios países ya no tenían registrado el imidacloprid. Este profesional sigue a cargo del tema plaguicidas en ACHIPIA. En las discusiones actuales, se destacan hasta ahora otros factores de menor importancia, pero al igual que SAG, estas instituciones público-privadas continúan omitiendo el dramático costo de la polinización: sucesivas muertes de las colmenas. Fancy Rojas, directora de CEAPIMAYOR (citada en un reportaje de Red Agrícola) señala como valor referencial internacional el siguiente factor de polinización para pomáceas: de cada 10 manzanas, 8 prosperan debido a la intervención de un insecto.
Por estas razones, RAP-Chile sostiene que si existe interés real por contar con una buena producción frutal, es insensato basar este negocio en la destrucción de las abejas y considerar aquello sólo como una externalidad equivalente al costo de remplazo de colmenas y de una eventual alza en el precio de la polinización a pagar a los apicultores.
Tal como se señaló en la sesión especial que tuvo lugar en julio de 2014 en la Cámara de Diputados, se observa en general una descoordinación del Estado con respecto lo que está ocurriendo con las abejas, sin que exista una autoridad responsable de enfrentar el CCD en Chile. No hay voluntad política del gobierno de la presidenta Bachelet para encarar este problema, que se arrastra desde su primer mandato. Patricia Estay, entomóloga del INIA declaró en la Cámara que entre las causas del CCD en Chile están la afectación por insecticidas, fungicidas y herbicidas. Sostuvo entonces: “Las abejas se utilizan fundamentalmente en la zona central para dar servicio de polinización y lo que ocurre es que en el campo se están aplicando insecticidas y fungicidas, y estos, especialmente los del tipo neurotóxico, están afectando la capacidad de orientación de las abejas, por lo que tienen dificultades para reconocer sus colmenas y sus reinas y ello produce éxodo de las poblaciones y muerte”, detalló, recordando que por ello se han prohibido ciertos insecticidas en Europa.
Nuevos estudios concluyentes
A los estudios ya conocidos desarrollados en Inglaterra y con los cuales se fundamentó la prohibición de la Unión Europea dictada en julio de 2013 del uso de los neonicotinoides, hay que sumar ahora las conclusiones de una investigación reciente realizada en Harvard que confirma la relación entre muerte de colmenas y uso de este tipo de insecticidas. El estudio de Chensheng Lu, Kenneth M. Warchol y Richard A. Callahan del Departamento de Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard, del Centro Landmark de Boston, Estados Unidos y la Asociación de Apicultores de Worcester, publicado en el Bulletin of Insectology, cita al imidacloprid y la clotianidina como muy probablemente “responsables de desencadenar el CCD en las colmenas”, según explica el investigador Chenseng Lu.
RAP-Chile ha entregado a SAG toda la información técnica relativa a las medidas adoptadas en 2013 en la Unión Europea, a la que ahora agregamos el nuevo estudio de Harvard, esperando que el gobierno de Michelle Bachelet proceda a adoptar finalmente medidas de prohibición de los plaguicidas peligrosos para las abejas, impidiendo que la mortandad de las polinizadoras se masifique en todas las zonas frutícolas de Chile.
Otros episodios
En otras oportunidades hemos informado sobre mortandad de abejas en Quillón y Liucura (región del Biobio) y en Loncoche (Araucanía), relacionado con fumigaciones en plantaciones forestales y huertos. Otra causa mencionada son los cultivos transgénicos y alimentos derivados. En alimentos como la fructuosa y las pastillas vitaminizadoras, suministrados a las abejas y recomendadas oficialmente, hay maíz transgénico Bt que envenena a las abejas. En la zona del BioBio, además, hay cultivos de maíz transgénico insecticida, y raps transgénico.
En la reunión con los funcionarios públicos del sector agrícola, los apicultores del Biobio ya habían manifestado su preocupación por el uso de neonicotinoides en las uvas para atacar el trips de California y el chanchito blanco, y por el uso de carbaryl en cerezos.
En la mortandad de abejas que tuvo lugar en Loncoche, la denuncia la realizó Apinovena, asociándola a fumigaciones de frutales “con fungicidas autorizados” en un predio vecino.
Nuestras demandas cuentan con el respaldo de 43 organizaciones campesinas y socio-ambientales, apicultores, consumidores y profesionales del agro y la salud de las regiones comprendidas entre Arica y Aysén que analizaron este problema en un taller realizado por RAP-Chile en agosto pasado, sobre Agroecología, Comunidades y Políticas Públicas.