Una encuesta realizada por la Universidad de Harvard ha encontrado que sólo un tercio de los adultos confían en la seguridad de la vacuna contra el H1N1 disponibles. Las dudas acerca de los efectos secundarios de las vacunas son mayores que las preocupaciones sobre la gripe porcina.
Sólo el 40% de los encuestados dijeron que tomarían una inyección de la gripe porcina, según la encuesta realizada por la Harvard Opinion Research Program de la Harvard School of Public Health.
El estudio, financiado en virtud de un acuerdo cooperativo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, también encontró que los encuestados estaban preocupados por los efectos secundarios, o bien no están preocupados por contraer la gripe.
44% de los encuestados -que fueron padres-, dijeron que no estaban seguros de llevar a sus hijos a vacunarse contra el H1N1, y el 21% de los padres dijeron que en absoluto permitirá que sus hijos sean vacunados.
Los padres dijeron que están preocupados por sus hijos, que podrían recibir otras enfermedades de la vacuna y que no confían en los funcionarios de salud pública, quienes les comentan acerca de la seguridad de la vacuna.
Los resultados muestran una gran desconfianza del público en la vacuna con tan sólo un tercio (33%) del público que observa la vacuna H1N1 como muy segura «en general, para la mayoría de la gente a tomarla». Aún menos (18%) creen que es seguro para los niños de 6 meses a 2 años, y sólo el 13% cree que es seguro para mujeres embarazadas.
Casi un tercio (31%) de los encuestados piensa que las preocupaciones de los funcionarios de salud pública sobre la gripe H1N1 han sido exageradas.
Del 40% de los adultos que dijeron que no tomaría la inyección, la mayoría dijo que podría reconsiderar si las personas comienzan a morir en masa por el virus.
La encuesta se realizó con una muestra nacional representativa de 1.042 adultos mayores de 18 años.
El estudio encaja con una encuesta similar de Consumer Reports, uno de las diez revistas de mayor circulación en el país, que encontró que casi dos tercios de los estadounidenses o bien rechazan de plano la vacuna o esperan para obtener más información antes de considerar la vacunación de sus hijos.
Como hemos informado anteriormente, las vacunas H1N1de los labporatorios GlaxoSmithKilne y Novartism contienen tanto escualeno adyuvante, que se ha relacionado con el Síndrome de la Guerra del Golfo, y timerosal, el conservante a base de mercurio, que algunos científicos han declarado puede causar trastornos cerebrales.
Las vacunas han sido entregadas a través de los procedimientos de seguridad, mientras que el Gobierno ha proporcionado a las empresas farmacéuticas inmunidad general ante las demandas que llegan de las vacunas que causan muertes y lesiones.
En noticias relacionadas, cad avez más hospitales exigen a los trabajadores el mandato para tomar la inyección H1N1, mientras que el Aeropuerto Internacional de Sacramento ofrece vacunas en sus terminales estableciendo un precedente de decisión que los críticos han descrito como preocupante.
Texto orginal de Steve Watson
Traducido por Francisco Luna