Esquizofrenia Política

El panorama político nacional, se viste en estos días de una serie de manifestaciones que limitan con un cuadro esquizofrénico, decorado este, por incomprensibles expresiones, en boca de ilustres personajes de la política nacional, quienes padecen de incontinencia verbal… La falta de lógica y sensatez expresada por distintos actores de la política nacional se deja […]

Esquizofrenia Política

Autor: Ángela Barraza

Juan Luis Castillo MoragaEl panorama político nacional, se viste en estos días de una serie de manifestaciones que limitan con un cuadro esquizofrénico, decorado este, por incomprensibles expresiones, en boca de ilustres personajes de la política nacional, quienes padecen de incontinencia verbal…

La falta de lógica y sensatez expresada por distintos actores de la política nacional se deja ver por ejemplo en qué:

  En el conglomerado de gobierno se manifiestan ostensibles y cada vez más dramáticamente, evidentes faltas,  a la unidad, a la sencillez, propias de nuestras gentes, a la falta de humildad y de coherencia, impropia de quienes, manifestaron compartir forma y fondo del programa de gobierno.

Pareciera ser que los intereses de la ciudadanía, reflejada esta, en la clarísima votación popular presidencial y parlamentaria, puede ser impunemente alterada, como por secretaría… así, sin más ni más.

Lo anterior, comienza con un festival de declaraciones, unas más desafortunadas que otras, en que los protagonistas, entran en serias y peligrosas refriegas verbales. Una de las menos brillantes y que encabeza el ranquin es la desafortunada “RETRO-EXCAVADORA…”

Frases provocadoras como esta, de la boca de dirigentes y parlamentarios de la Nueva mayoría, se repiten al interior del conglomerado, compitiendo cual es más desafortunada que otra.

 Si bien el programa de gobierno siempre fue nítido y claro, en virtud de los cuatro ejes fundamentales, lo que nunca existió, fue la capacidad de  definir con claridad un diseño claro, simple y concreto, que definiera cómo, cuando, en qué términos y contenidos precisos se avanzaría en la puesta en práctica de dichas reformas.

Si bien es cierto, la nueva mayoría y su gobierno iniciaron su periodo con una amplia mayoría electoral, pareciera ser que una repentina y feroz carencia de sapiencia política impide entender y constatar que “mayoría política electoral” no es sinónimo de “mayoría social”. Lo que ha permitido instalar una brecha –hasta entonces inexistente- entre lo aceptado y aprobado electoralmente y lo informado y entendido por las mayorías sociales.

Transformaciones profundas de la sociedad, sólo son posibles de llevar a cabo con una contundente mayoría, no con mayorías precarias y deben, además, agregarle osadía y sapiencia para buscar aliados entre los posibles detractores. La negociación, sin perder lo fundamental, es una herramienta indispensable en la búsqueda de alianzas que le den sustentabilidad a las propuestas que se requieren impulsar.

Más grave aún es el desafinado concierto de voces altisonantes de los dirigentes y parlamentarios del conglomerado de gobierno, quienes, cual mas cual menos elevaba la voz para criticar en público y con cierto nivel de exhibicionismo, a ministros a otros dirigentes… sin guardar el mínimo de prudencia y recato, para sostener discusiones privadas que los llevara a buscar respuestas a sus diferencias.

Desde la elección presidencial hasta la asunción del gobierno de la presidenta Bachelet, hubo tiempo suficiente para afinar las propuestas de transformación y se debió llegar a la instalación del gobierno, con las diferencias saldadas. Hubo tiempo para superar, en un clima de unidad y con altura de miras, las diferencias políticas, programáticas y definir un estilo de relación armónica entre los partidos y entre estos con el gobierno y sus ministros.

Ahora, pretender poner débiles paños fríos a la relación al interior del conglomerado, relación que se ha desgastado y ensuciado lo suficiente como para pretender subsanarla con una operación sólo de buenas intenciones.

A punta de conclaves, declaraciones de buenas intenciones y de paseos por las juntas de  los partidos. La Nueva Mayoría, pretende superar el grave nivel de conflictos que enfrenta, de manera fácil, esquivando la autocrítica y analizando a fondo las diferencias, buscando consensos mínimos sobre los cuales pavimentar el camino que se debe transitar.

Recomponer las relaciones, el desgaste y el tiempo perdido… requiere de una operación mayor!!!

Tener la voluntad de pasar, en serio, de un conglomerado de gobierno, a una alianza política de más largo plazo !!!!!!!!!!

Con normas y procedimientos serios y sensatos, que tiendan a cultivar una relación más sólida, respetuosa y seria.

En otro costado de la cancha política,  un brillante ex ministro de hacienda, un político serio y responsable como Andrés Velasco cae también en esta especie de esquizofrenia…

Primero, intentando levantar prematuramente, muy tempranamente su candidatura presidencial y tensionando al sector.

Segundo, le “presta ropa” a MEO, aceptando confrontaciones en foros televisivos, alimentando el permanente exhibicionismo del eterno candidato liberal, progresista pero por sobre todo, eterno provocador de todo aquel que se le pare al frente, al lado o dónde se ubique. Simplemente, el más activo de los “franco-tiradores” de la política chilena.

Pero no sólo eso, si no que a Velasco se le enturbia la vista y aparece buscando extraños apoyos en la derecha más oportunista, inexperta e inestable que existe en el panorama político nacional.

Con lo Anterior, una buena y seria promesa política, se encandila, se nubla y se expone a sus históricos e histriónicos enemigos al interior de la Nueva Mayoría.

                                               Esquizofrenia Política dos.

 

La Derecha sin rumbos ni visión política clara, sin propuesta, se cuelga de todos y cada uno de las insuficiencias del gobierno, para teatralmente intentar encontrar alguna mínima línea política que la haga encontrar el rumbo.

Se aleja, a lo menos transitoriamente, de sus históricos representados, los empresarios y capas sociales ligadas a sus intereses.

Renovación Nacional divaga entre apoyar las reformas o usar la crítica como plataforma de rencuentro con sectores que históricamente abrazaron las ideas de derecha “republicana”. Pero, con una permanente confrontación interna subterránea que le incomoda afinar opciones claras.

La UDI, no encuentra el camino…sólo sabe transitar por oscuros senderos que la llevan a la confrontación con el oficialismo, pero también con Renovación Nacional. Hoy es un partido sin espíritu, sin alma y sin ideas, desvinculado de bases.

Un Ex Presidente que pretende reemplazar a los partidos de su bloque y erigirse como referente del bloque y así mantener unidas sus huestes a punta de asados en el sur de Chile. A pesar de sus esfuerzos, sólo logra nuclear en torno a él a su fiel conglomerado de ex ministros.

Así las cosas… Todo de nuevo, a recomponer el desordenado e inexplicable cuadro político nacional, de lo contrario la política seguirá siendo expresión de grupos de poder, los que se alinean sólo para consecución de votos, en las cercanías de cada elección popular, actuando los partidos y los candidatos, sin pudor alguno, por ganar votos , a costa de cualquier PRECIO… No a cambio de valores ni ideas de interés general.

La ciudadanía merece más… necesita claridad y orientación política, la que hasta aquí no se observa venir por ningún lado. Las reformas estructurales a las que el país se apronta, requieren claridad  política y apoyo social.

Lo que el país necesita, merece y requiere en forma urgente, que los cambios estructurales vayan “preñados” de proyectos de desarrollo sostenible, de participación ciudadana, ordenada informada y organizada… de compromiso con el interés general de la nación.


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