“Como nunca antes, un día miré a una botella de Coca-Cola no como un refresco. Lo vi como una agua marrón y sucia”, dijo el artista Helmut Smits, citado por el portal The Verge.
“Me pareció lógico filtrarla y devolverla a su estado original, agua limpia que pudiera tomarse, como hacemos con las aguas residuales”, agregó.
Desde 2006 Smits ha alimentado ese sueño, y los resultados de su trabajo se exhibieron en la Semana Neerlandesa de Diseño 2014 celebrada en la ciudad de Eindhoven.
Con la colaboración del Grupo de Química Orgánica Sintética de la Universidad de Ámsterdam, el artista desarrolló un sencillo dispositivo de destilación al que denominaron ‘The Real Thing’.
Este dispositivo está compuesto por un contenedor de cristal con agua, donde se sumerge una botella de Coca-Cola. Se hierve el líquido del contenedor y como consecuencia del calor el refresco dentro de la botella empieza a evaporarse. El vapor se canaliza a través de un condensador hasta llegar a un vaso.
Tras el proceso de condensación, se añaden minerales para que el líquido resultante sea seguro para el consumo.
“En algunas partes del mundo, la gente no tiene acceso al agua, pero pueden comprar una Coca-Cola sin problemas”, comentó Smits, quien además explicó que uno de los motivos que lo llevaron a realizar este proyecto fue que, “para un litro de Coca-Cola se llegan a utilizar hasta nueve litros de agua durante su producción, algo absurdo”.
No obstante, Smits adelantó que sus proyecciones no son acabar con la multinacional estadounidense convirtiendo sus productos en agua limpia, sino más bien, que la gente reflexione sobre el uso racional de los recursos naturales del planeta. “Espero que la gente se ría y piense en las porquerías que bebe”, finalizó.