Ante la inicua decisión de la Corte Suprema y el Consejo de Defensa del Estado de defender en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el fallo que condenó por traición a la patria a 14 oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea de Chile que se opusieron al golpe militar de 1973, CONVERGENCIA DE IZQUIERDAS declara
1. La decisión de la Corte Suprema de 2002, que rechazó anular la sentencia, argumentando que el Código de Justicia Militar le impide revisar resoluciones de tribunales castrenses en tiempos de guerra, ignoró que en Chile no sólo no hubo guerra, sino que validó pantomimas de juicios, así como también la prevaricación de quienes cumplieran el rol de jueces, ya que eran militares cuya carrera estaba en juego.
2.- El año 2011, ya establecida la autoridad de la Corte Suprema incluso sobre tribunales militares en tiempos de guerra, cuando los afectados nuevamente recurrieron a ella, les negó la revisión del caso, aduciendo que no existían nuevos antecedentes. Con ello se consolidó la denegación de justicia.
3.- Compartimos con los abogados Bosselin y Briones que “La institucionalidad de la cosa juzgada y la prohibición de hacer revivir procesos fenecidos están pensadas y construidas sobre la base de procesos verdaderos. Los procesos meramente aparentes, falsos en su desarrollo, fraudulentos en la dictación de sus resoluciones y dictados dentro de una ausencia completa de un Estado de derecho que asegure las garantías fundamentales, no pueden ser llamados procesos; no puede aplicárseles la denominación de juicio o controversia jurídica de carácter relevante y en modo alguno dan lugar a la cosa juzgada. Las llamadas sentencias dictadas por los Consejos de Guerra sólo tienen el nombre de tales, ya que no son verdaderamente sentencias, no han dado lugar a la cosa juzgada, pues constituyen esencialmente actos de fuerza, de los cuales ha estado ausente el derecho.”
4.- Afirmamos que las seudo sentencias de los Consejos de Guerra a partir del Golpe de Estado de 1973, motivados y con ocasión de él, y de sus derivados, son nulos de nulidad de derecho público.
5.- Creemos una vergüenza la decisión política de la Corte Suprema de defender lo indefendible. Es también vergonzoso que el señor Quintana del Consejo de Defensa del Estado, se preste para defender la denegación de justicia y la violación de los Derechos Humanos, amparándose en formalidades.
6.- También resultan vergonzosas las expresiones del nuevo comandante en jefe de la FACH, general Jorge Robles Mella, que los Derechos Humanos son capítulo cerrado, más encima en un contexto en que el país está acusado ante la CIDH por violaciones a ellos cometidos por su institución. Es inaceptable que el gobierno mantenga silencio frente a estas declaraciones.
7.- Nos parece urgente que la Corte Suprema renuncie a acciones ante la CIDH, persistir en ellas es no solo contumacia, si no también deteriorar más la imagen de la justicia chilena y contribuir a su mayor desprestigio. Además compromete severamente la imagen del país en el mundo. Del mismo modo es indispensable que el gobierno exija aclaraciones al general Robles y pida su renuncia de no ser satisfactorias estas.