Doble discurso: Contradicción entre el decir y el hacer

Mirando la personalidad humana y en épocas de elecciones, no es extraño encontrarnos con el ya otrora, añejo pero el más activo de los discursos, ese, el llamado “Doble discurso” en el que no se condice lo que se dice con lo que finalmente se hace (Grave contradicción del discurso con la práctica)


Autor: Wari

Mirando la personalidad humana y en épocas de elecciones, no es extraño encontrarnos con el ya otrora, añejo pero el más activo de los discursos, ese, el llamado “Doble discurso” en el que no se condice lo que se dice con lo que finalmente se hace (Grave contradicción del discurso con la práctica). Una especie de «trastorno de identidad disociativo».

¿Que impide que la persona se haga cargo y ejecute lo que promete?

Por sobre toda subjetividad me atrevería a decir que la razón es que NADIE LES PIDE EXPLICACIÓN ANTE LAS PROMESAS INCUMPLIDAS (¿Será acaso que aquello es sólo la consecuencia de escuchar por tanto tiempo las promesas incumplidas a que los políticos nos tienen acostumbrados?).

Así nos alienan y las consecuencias ya las conocemos, como no, si las vivimos a diario en carne propia. Esta falta de correspondencia entre la «teoría» (lo que dicen a diario para conseguir votos y consenso social) y la «práctica» (lo que hacen a diario para servir a los intereses del Estado capitalista que los contrata) permite que seamos presa de la empresa imperial USA (sometedora histórica de los pueblos de América Latina).

Chile no se abstrae de esa realidad y es que ha sido funcionalmente probada por todos los candidatos, desde el más derechista hasta el ultimo de los izquierdistas que hoy se presentan a ocupar uno de los sillones del Congreso para hacernos el favor de administrar el capital Chileno, creado en base a la explotación de toda índole y en la cual los explotados no tienen ningún derecho sobre él.

En esta dominación política “el doble discurso” no es casualidad . El «doble discurso» político tiene como finalidad primaria mostrar lo que dice el empleado (el político) y esconder lo que en la realidad hace el patrón (el sistema capitalista que controla el Estado).

No por casualidad el gran inventor e impulsor del modelo de «doble discurso» a escala global es EEUU, la primera potencia del sistema capitalista dominante, que habla como paladín mundial de la «democracia» y los «derechos humanos», pero gerencia efectivamente su poder imperial con el ejército y el arsenal nuclear más poderoso del planeta, cinco flotas con capacidad nuclear surcando las aguas del mundo y casi mil bases militares distribuidas por todos los puntos estratégicos del planeta.

Bajo el paraguas “democrático” los gerentes de turno del Estado USA edifican sus discursos públicos sobre la base de la imposición de los «regimenes democráticos» y la «gobernabilidad en paz» monitoreados desde Washington.

Así la realidad de nuestro país se construye sobre los parámetros establecidos del capitalista (sin que nadie se dé cuenta), orientado a esconder la realidad del dominio imperial y la depredación planetaria realizada por los bancos y las empresas del sistema capitalista transnacionalizado que han fundado sus imperios en base a la ocupación militar, el sometimiento de pueblos y el esclavismo en países como Chile que se falsifican al exterior como íconos universales de la «democracia» y de los «derechos humanos» imponiendo a fuego y sangre –por cierto- las reglas de la sana convivencia y el manoseado bien común.

En este escenario, cualquiera de los candidatos (aunque su riqueza personal se generara sobre la base de la generación de pobreza) puede vociferar sin vergüenza alguna el «combatir a la pobreza» sin que nadie lo cuestione ni analice sus actos.

De la misma manera pueden hablar de «combatir la destrucción del medio ambiente» habiendo entregado nuestras riquezas naturales a transnacionales capitalistas (que han acumulado sus activos empresariales sobre la base de la explotación histórica de países y de la depredación sistemática de los recursos naturales y el medio ambiente).

En este el «doble discurso» estandarizado, resulta «normal» que un presidente en ejercicio de cualquier Estado capitalista de América Latina (o de cualquier país sometido del planeta) pronuncie discursos destinados a resaltar los intereses del «pueblo» que lo votó, y luego gerencie su Estado para los intereses capitalistas que lo controlan.

En la lectura de esta realidad es donde debemos poner cuidado. No podemos aceptar el doble discurso como norma natural; de ser así, justificaríamos el desarrollo del capitalismo y la pacificación de las protestas dentro de un «cerrojo militar» en un gobierno “socialista” como el de nuestro país.

En el «doble discurso» público de los candidatos hay una disociación clara entre la expresión conceptual (la teoría) y la conducta de realización (la práctica) que no distingue ni identifica las fronteras entre lo que es verdad y lo que es mentira como resultante de la confrontación razonada entre la teoría y la práctica.

En consecuencia, la afirmación discursiva de estos señores no tiene necesariamente que coincidir con lo que luego hacen en el ejercicio de su conducta o de sus funciones.

Esto explica por qué hoy tenemos un PC que no es comunista, un PS que no socialista y una izquierda que no es revolucionaria. Esto explicaría también por qué tenemos los candidatos que tenemos; luego no nos quejemos.

La grandeza de un pueblo está en la grandeza de las ideas que discute.

por Patricia Rodríguez


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