Normalmente las cáscaras terminan como basura, tiradas en un vertedero, pero Turquía ha descubierto otra manera de reutilizar estos residuos de pistacho. La solución es volver las cáscaras en biogás, un combustible alternativo producido por la descomposición de la materia orgánica.
Ahora, el país quiere usar sus cáscaras de pistacho para aprovisionar de combustible a su primera ciudad ecológica. Esto requiere la fermentación de toneladas de residuos “verdes” en digestores, y después usar los gases – la mayoría es metano – para generar calor.
La ciudad verde será construida en el lugar perfecto: la provincia de Gaziantep. Esta región del sur, cerca de la frontera con Siria, es el corazón de la producción de pistacho en Turquía y constituye la mitad de la producción a nivel nacional.
“Cuando uno planifica un sistema tan favorable al medio-ambiente, uno da un vistazo a los recursos naturales que están disponibles. Por eso llegamos a la conclusión que la ciudad ecológica debe ser acalorada por cáscaras de pistacho,” declaró Seda Muftuoglu Gulec, especialista en arquitectura verde de la municipalidad. “Si tuviéramos energía eólica, hubiéramos usado el viento en cambio”.
Esta peculiar fuente de energía es renovable y económica, como Turquía tiene un montón de cáscaras. En el año pasado el país exportó 6,800 toneladas de nueces.
Expertos dicen que la transformación de pistacho en biogás no solamente es viable técnicamente, sino que también extremadamente conveniente. Burgeap, una empresa de ingeniería medioambiental dice que las cáscaras de nueces son la fuente más eficiente de energía alternativa en la región, y que podría satisfacer hasta 60 % de las necesidades de la ciudad en términos de calefacción.
La ciudad quedará a 10 kilómetros de la capital de la región, Gaziantep, serán 32 kilómetros cuadrados, alimentada con nueces y hogar de 200,000 personas.
Esto es el primer intento turco para construir una ciudad ecológica y será la primera en el mundo con energía de pistacho. Sin embargo, en Australia ya se reutilizan las cáscaras de nueces macadamia como combustible de biomasa, y en México se utiliza el metano de residuos para iluminar la ciudad de Monterrey.
Si se aprueba el proyecto en la municipalidad, la construcción de la ciudad comenzará durante los próximos dos años.
Fuente: NPR