La Primera Guerra Mundial fue una de las guerras más violentas y destructivas que ha conocido nuestro planeta. Al menos, 2 millones de personas murieron, y el número de heridos es mucho mayor que ese.
Mientras que muchos soldados tuvieron la suerte de volver a casa en una sola pieza, hubo muchos otros que regresaron mal heridos, amputados y desfigurados. En el Reino Unido, el trabajo de un hombre, el Dr. Harold Gillies, les dio a muchos de ellos la oportunidad de volver a tener una vida normal.
Harold Gillies fue doctor y soldado, representando a Francia, durante la Primera Guerra Mundial. Durante el tiempo que pasó en la guerra, presenció los esfuerzos de un dentista francés-norteamericano por reparar los dientes de los soldados heridos de bala.
Ver esto inspiró a Gillies, quien vio la importancia de reconstruir los rostros de los soldados heridos. En 1917, regresó a Inglaterra, donde persuadió a miembros militares a inaugurar un área dedicada a la reconstrucción facial en el Hospital Militar de Cambridge.
La pequeña sala de reconstrucciones faciales demostró rápidamente ser un éxito, por lo que en Junio de 1917, se abrió un nuevo hospital dedicado únicamente a tratar esta materia.
El Hospital de la Reina (Queen´s Hospital) podía albergar aproximadamente a 1000 pacientes con heridas faciales, y colmó su capacidad rápidamente.
Los años siguientes, Gillie y sus colegas descubrieron lo que sería el inicio de la práctica moderna de las cirugías plásticas. Hicieron alrededor de 11 mil cirugías en unos 5 mil soldados desfigurados durante la guerra.
Muchos consideran a Gillies como el padre de la cirugía plástica. Muchas de las técnicas descubiertas por él y su equipo siguieron utilizándose por años. En 1930, fue nombrado caballero gracias a su trabajo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó con el gobierno inglés para establecer unidades de cirugía plástica a lo largo y ancho del país.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Gillies dirigió una clínica privada y entrenó a muchos médicos con las técnicas de cirugía plástica.
Gillies además, hizo la primera cirugía de reasignación de sexo en 1946. Aquí hay una foto de Roberta Cowell, el primer hombre en convertirse en mujer a través de este procedimiento.
Aunque las fotos puedan parecer un tanto desagradables, todas estas personas tuvieron la oportunidad de vivir una vida un poco más normal, gracias al trabajo del Dr. Gillies. Para aquel momento, lo que él y su equipo eran capaces de hacer era considerado prácticamente un milagro.
via Difundir