La semana pasada, decenas de miles de húngaros se manifestaron contra la corrupción política a lo largo del país. En la capital de Budapest protestaron aproximadamente 10,000 habitantes contra el gobierno de centro-derecha que está encabezado por el primer ministro Viktor Orbán del partido conservador “Fidesz” de la derecha.
Los manifestantes demandaron que el primer ministro abandone su cargo y que despida a seis funcionarios de alto nivel que son sospechosos de corrupción. Entre estos se encuentra el jefe del Departamento de Impuestos, Ildikó Vida. El primer ministro ha dicho que no va a despedirlo a pesar de la corrupción. En Hungría se protesta contra toda la clase dirigente política.
El gobierno tiene un apoyo amplio en el parlamento, es por esta razón que no se encuentra mucha resistencia en aprobar sus propuestas políticas. Su postura parlamentaria, junto con la concentración del poder y una propuesta de impuestos de internet son factores que han contribuido a la imagen del primer ministro como un ente más autoritario.
Además se sospecha que el primer ministro está girando el país hacia Rusia y se han elevado los alegatos sobre contactos cercanos con oligárquicos rusos.
“No estamos acá para enterrar una administración, pero sí para enterrar un sistema,” dijo Balasz Nemes, uno de los organizadores de las protestas.
Tras la marcha, miles de manifestantes se enfrentaron con la policía cuando trataron de entrar en el parlamento.
Fuente: arbetaren.se
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