Las impresoras 3D se basan en la fabricación por adicción, donde un objeto tridimensional es creado por la superposición de capas sucedidas de material.
Desde aproximadamente el 2003, inició un crecimiento acelerado de las mejoras, ventas y uso de estas impresoras, provocando que estas sean usadas en amplios y variados campos como la moda, la ingeniería y la medicina.