El recién nombrado representante de los trabajadores del canal de todos Santiago Pavlovic recalcó las consignas que lo pusieron en ese lugar cercano al directorio, que le confiere voz pero no voto. Pavlovic, que ya lleva trabajando 30 años en el canal ha hecho saber sus críticas a los altos mandos de la señal estatal y lo que a su parecer han sido los motivos para que el canal atraviese el mal momento que hoy por hoy lo tiene enfrentando las bajas de rating. Sin embargo, el periodista –popular por su ya clásica participación en Informe Especial y calificado por algunos como facho– atribuye estas problemáticas al concepto de canal estatal autofinanciado. Y lejos de considerar el chisme y la cuña fácil de la posible “intervención” de Elizalde a un periodista del canal estatal, los dichos del recordado corresponsal de guerra pudieran constituirse como una señal positiva ante un sistema que está flaqueando.
Ante la situación que enfrenta el canal, Pavlovic señaló al vespertino la segunda que cree “conveniente que el Estado comience a financiar a TVN para que produzca programas de excelencia periodística y cultural que cambie el esquema de una TV pública absolutamente comercial, como lo es ahora. Probablemente debiera comenzar con una señal digital cultural cuando empiece definitivamente la digitalización».
En respuesta al conflicto que genera la competencia por las audiencias, traducido en el rating, el canal de todos ha debido adaptar su programación en función de lo que vende. Por tanto la lógica que opera en esta mezcla de aparato estatal autónomo y autofinanciado, se condice y hace eco del sistema del cual somos huéspedes. El libre mercado, en el caso de la tv tiene directa relación con la instalación en la pantalla chica de programas morbosos y de baja calidad, que apelan a la entretención fácil y la repetición de programas estériles que no aportan más allá de la entretención. Además de que toda esta crisis apunta a un modelo que pende de cimientos más débiles de lo que parecen, se contextualiza en la concentración de medios, el duopolio en la prensa escrita, la tendencia a poner los números por sobre la ética y todos los puntos que engloba la problemática en los medios masivos y las labores de los periodistas.
“Este es un mundo de una competencia bastante salvaje” señala Pavlovic. Agrega que “la TV es fundamentalmente un medio de entretención. El problema es cuando es una entretención pura, dura y barata, que no inspira a ningún creador y apunta a los instintos más bajos de la persona”. El periodista enfatiza que “en las noticias ha habido un esfuerzo importante para hacer un periodismo más riguroso, pero probablemente eso ha hecho que se pierda el contacto con la audiencia. Ir al cerebro y, al mismo tiempo, a las vísceras de la audiencia. Ese es el equilibrio que se está buscando”.
A pesar de que este pudiera ser un tema mucho más complejo, Pavlovic ha sumado los problemas del canal del Estado a una discusión que recién se está instalando con más fuerza. Se suma un ítem al conflicto de los medios de comunicación, la libertad de prensa y las condiciones laborales de los trabajadores de la comunicación, condiciones que se han dado a conocer en el último tiempo a través del paro en Mega, los despidos en Adn y Copesa, las críticas al imperio de Edwards y su comprobada participación en el golpe.