Los jardines, un exquisito uso milenario, han estado estrechamente ligados a las artes y los creadores. Estos espacios, donde estos últimos divagaban entre la “ociosidad” y la creatividad, como Claude Monet, entre muchísimos, fueron el encuadre perfecto para que las ideas y las formas se materializaran con un puente verde de por medio.
Además de los notables beneficios de tener un jardín, recordemos que estar en contacto con un área verde nos hace incluso sentirnos más exitosos en la vida, por lo tanto menos frustrados, y por ello más felices; también ofrecen un espacio de soledad ¿has notado que cuando estás en la naturaleza, aunque estés presente con más personas, sueles sentirte más introspectivo? lo cual, es significativamente positivo para la creatividad.
En este sentido, otra de las artistas cuyo trabajo artístico mantuvo una estrecha relación con su jardín fue la pintora mexicana Frida Kahlo. De Kahlo se dice que vivió y murió mirando su jardín. Como Diego Rivera, el también pintor y esposo de Frida, pintaba plantas endémicas mexicanas constantemente, estas eran parte de su jardín, al igual, Kahlo era una ferviente estudiante de botánica.
Decorado con una gran variedad de cactáceas (magueyes, nopales, viejitos, biznagas, yucas) y adornado con figuras prehispánicas auténticas de la colección de Rivera. Hoy, la diversidad en este espacio está impregnada de truenos, fresnos, jacarandas, una palma y un tepescahuite. Siendo un espacio que marcó fuertemente la creación de ambos artistas, el Jardín Botánico de Nueva York inaugurará una réplica de este sitio la próxima primavera.
Las macetas de terracota, el camino de piedras volcánicas y muchas de las particularidades prehispánicas del jardín serán imitadas como una manera de acercar al público al túnel verde de la casa de estos pintores fascinantes y extrovertidos del siglo pasado, que sedujeron a una generación entera.
via Ecoosfera