México diseña el aeropuerto del futuro basado en la sustentabilidad

Sustentabilidad y humanidad son los dos objetivos clave que han perseguido los arquitectos del que será el futuro aeropuerto de México. Se espera que esté listo para el año 2020 y que ofrezca servicio a cerca de 50 millones de pasajeros al año.

México diseña el aeropuerto del futuro basado en la sustentabilidad

Autor: Marta Ubeda

Aeropuerto del futuro

Existen aeropuertos muy extensos en superficie que parecen pequeñas ciudades con servicio de trenes y lanzaderas que te transportan de un extremo a otro. La tendencia hasta el momento ha sido contruir nuevas terminales o ampliar las existentes con el objetivo de dar servicio a la máxima demanda posible de vuelos. Se calcula que para el año 2030 el tráfico de pasajeros en los aeropuertos será el doble del actual, lo que requiere un replanteamiento de la forma de construir estos edificios.

Éso es lo que ha llevado a cabo México en su proyecto para el nuevo aeropuerto que se edificará en el Distrito Federal y que se espera que esté terminado y en funcionamiento para el año 2020. Los objetivos perseguidos durante el diseño del aeropuerto del futuro fueron sustentabilidad y humanidad. Es decir, un edificio pensado para facilitar el viaje a los pasajeros y que, además, sea respetuoso con el medio ambiente.

El proyecto diseñado por los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero tiene forma de X para facilitar la cercanía entre las puertas de embarque. Así, con este diseño en aspa, todas las puertas estarán a una distancia parecida, ahorrando a los pasajeros largos paseos recorriendo los kilométricos pasillos del aeropuerto hasta encontrar la puerta de embarqe Q95.

Aeropuerto México

La sustentabilidad es un pilar base de este proyecto de aeropuerto futurista. El protitipo a desarrollar está diseñado con un techo solar que cubre la terminal y que tiene dos funciones básicas: aprovechar los rayos solares para generar energía, y ahorrar coste de electricidad usando la iluminación natural que se consigue con el uso de techos transparentes. A lo largo de la terminal estarán dispuestas varias fuentes de agua potable donde los pasajeros podrán hidratarse para evitar el consumo masivo de botellas de plástico, lo que genera al año grandes cantidades de residuos. Continuando con el guiño al medio ambiente, el edificio diseñado por Norman Foster y Fernando Romero contará también con una planta potabilizadora que permita aprovechar el agua de la lluvia para el consumo humano.

Según las previsiones, el aeropuerto debería estar terminado para el año 2020, aunque se calcula que la primera fase podría estar construida para el 2018, fecha en la que se espera que tenga lugar el vuelo inaugural. Es un proyecto ambicioso pero interesante por estar pensado bajo la premisa de la sustentabilidad y el ahorro de energía.


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