“Hay una descomposición social que viene de muy lejos y el caso de Ayotzinapa simplemente ha puesto de manifiesto que vivimos en un país regido por la impunidad, donde el gobierno y los partidos políticos no pasan por la legalidad, donde el tráfico de influencias predomina en la relación política y hacer política es una manera de enriquecerse”, criticó.
El autor se refirió a lo sucedido el pasado 26 de septiembre, cuando policías del municipio de Iguala, en Guerrero, atacaron a tiros a un grupo de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa.
Seis personas murieron, incluidos tres alumnos, 25 resultaron heridas y 43 estudiantes fueron detenidos por policías y entregados al cartel Guerreros Unidos, que los asesinó e incineró, según el testimonio de tres de los casi 80 detenidos por el suceso.
El caso de los estudiantes ha desatado indignación y numerosas protestas fuera y dentro de México, a punto tal que viene causando estragos en la gobernabilidad del presidente Enrique Peña Nieto, quien vive los días más difíciles de su gestión, según coinciden analistas políticos.
“Es un momento muy complicado porque hay mucha indignación, mucha empatía con las víctimas de la violencia, pero no hay una ventana de esperanza, un horizonte político que, digamos, éste es nuestro líder, nuestro partido”, apuntó, citado por EFE.
“Eso lo tendríamos que crear nosotros, los ciudadanos”, dijo tras advertir que “si no se ‘ciudadaniza’ la política y no se pasa a un país de legalidad, esto va a estallar. Estamos al borde del estallido social”, insistió.
Este estallido social, explicó Villoro, podría cobrar “muchas formas” en un país que “está lleno de armas”. Una de las más peligrosas es que el crimen organizado tenga “una gran escalada de violencia hacia el narcoterrorismo”.
Por ello, para enfrentar este problema, habría que crear “un frente cívico, ciudadano”, propuso Villoro, aunque dijo no saber cómo se construiría.
“Creo que es necesario hacer una reforma del Estado, cambiar las formas de participación política y ‘ciudadanizar’ la política”, abundó.
En su opinión, hoy los ciudadanos pueden “influir en cosas”, como quedó de manifiesto con el anuncio de la primera dama, Angélica Rivera, sobre la venta de sus derechos sobre una lujosa mansión que había comprado a un contratista del gobierno o la cancelación del proceso de licitación del tren México-Querétaro.
“Son reacciones ante la presión social, son pequeños triunfos y señales de que el gobierno sabe que la marea crece”, ponderó.
El escritor presenta en la FIL su último libro “Apocalipsis, todo incluido”, una colección de cuentos que incluye un texto sobre las expectativas que se generaron durante el presunto fin del mundo en 2012, que dio título a la obra y que sale ahora al mercado, cuando estamos en “una situación de apocalipsis anunciado”.
“Si juzgamos el mundo contemporáneo, nos damos cuenta de que el apocalipsis está en muchos sentidos a punto de ocurrir”, concluyó.
original de Telam / via Librered