DENUNCIA PÚBLICA
LA REVISTA CULTURAL EL SALMÓN, SECCIONAL TOLIMA Y BOGOTÁ, denuncia ante la comunidad nacional e internacional, las amenazas recibidas contra los colectivos y personas integrantes de los medios alternativos de comunicación; estas amenazas han sido proferidas por el Bloque Capital DC, las Águilas Negras, paramilitares que hacen presencia en algunas zonas de la capital colombiana y que se han dedicado al exterminio del pensamiento crítico en Colombia.
LA REVISTA CULTURAL EL SALMÓN
DENUNCIA:
La amenaza REALIZADA por parte del grupo auto denominado AGUILAS NEGRAS, Bloque Capital D.C, el día de hoy 04 de diciembre de 2014 vía correo electrónico contra 17 periodistas y 14 medios de comunicación alternativa y popular del Tolima y Bogotá, entre los cuales se relaciona a varios periodistas de la Revista El salmón de Ibagué y Bogotá.
HECHOS:
- El día de hoy, 4 de diciembre de 2014 a las 9:37 minutos, desde el correo: AGUILAS NEGRAS <[email protected]>, Asunto: A TODOS LOS COLECTIVOS DE COMUNICACION ALTERNATIVA Y POPULAR QUE INTEGRAN… llega un mensaje donde se declara objetivo militar a 17 periodistas, a sus familias y colaboradores.
- El texto introductorio de la amenaza es el siguiente: “A TODOS LOS COLECTIVOS DE COMUNICACION ALTERNATIVA Y POPULAR QUE INTEGRAN LA LARGA LISTA DE HIJUEPUTAS TERRORISTAS GUIADOS POR LA FARC ELENO POLITICA SECEN SUS ACTIVIDADES DE LA CAMPAÑA QUE LES MANDAN HACER LOS PERROS GONORREAS DE TIMOCHENKO Y GABINO EN PUEBLOS Y CIUDADES CON EL CUENTICO DE LA COMUNICACION ALTERNATIVA Y POPULAR, SU PROPAGANDA SERA CALLADA A PLOMO”.
- Las personas incluidas en el mensaje son: NELSON LOMBANA (PERIÓDICO VOZ); LENNON, LUIS ALBERTO CASTAÑO, OSCAR CASTAÑO, CARLOS CASTAÑO, SILVIA OVIEDO, LEANDRO MURILLO, RICARDO MURCIA, DIEGO SÁNCHEZ, PACHO RESTREPO, MILENA GALVIS (REVISTA EL SALMÓN).
- Los colectivos de comunicación alternativa incluidos en el mensaje: Alternativa Latinoamericana, Galería de la Memoria, Reporte Colombia, Colectivo Brecha, Colombia Informa, Colectivo Medios Populares, La Tribu Medios Populares de Comunicación, El Rebelde Medios, Trochando sin Fronteras, El Turbión, Contagio Radio, Techotiba Comunicación, El Macarenazo, Kinorama, Indivisibles, Colectivo Dejando Huella_Haciendo memoria y Salmón Urbano de Ibagué y Bogotá
En esta oportunidad, además de la amenaza de “callar a plomo” al Salmón Urbano porque “en su última revista le hacen mucha propaganda a las FARC y al ELN sapos malparidos de la universidad del Tolima ya están regados por todo el territorio”, las Águilas Negras dan un plazo perentorio para que los colectivos mencionados cesen su trabajo y salgan del país antes del primero de enero de 2015.
Por todo lo anterior,
EXIGIMOS:
- Al Estado colombiano en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, al Ministerio del Interior y del Derecho, garantizar las medidas necesarias para el ejercicio legítimo de los comunicadores alternativos y populares.
- A la Fiscalía General de la nación investigar los hechos denunciados e informar a las personas y organizaciones interesadas el avance de las investigaciones.
- A la Unidad Nacional de Protección, implementar las medidas eficaces y pertinentes para salvaguardar la vida e integridad de las personas incluidas en la amenaza y sus familias y organizaciones.
- A la dirección de la Universidad del Tolima, denunciar las violaciones a la libertad de prensa de las que son objeto los estudiantes, egresados y profesores adscritos a la Revista El Salmón.
LLAMAMOS:
A la oficina en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos – OACNUDH y demás organizaciones defensoras de DD.HH. nacionales e internacionales a pronunciarse y exigir al Estado se garantice eficacia en las investigaciones y se proteja la vida e integridad las personas antes mencionadas, sus familias y las organizaciones que lideran o de las que hacen parte.
Ibagué, diciembre 4 de 2015
¿Qué son las Aguilas Negras?
Según explica un medio colombiano, Las Águilas Negras tienen su nacimiento en las fallas del proceso de desmovilización que se llevó a cabo entre 2004 y 2006, cuyo objetivo era desarmar a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), son un grupo sin cohesión dedicado a proteger los intereses económicos de los antiguos mandos medios paramilitares dispersos en Colombia. Águilas Negras era el término genérico utilizado por el gobierno para describir los muchos fragmentos de paramilitares que traficaban drogas a través de Colombia. A menudo, los sucesores de los paramilitares, quienes han seguido amenazando o asesinando a periodistas, abogados y activistas de derechos humanos, lo han hecho a nombre de las Águilas Negras. Esta tendencia política, junto con la falta de un liderazgo central, los diferencia de las otras bandas criminales que operan en Colombia.
Los grupos que utilizan el nombre de Águilas Negras han aparecido en al menos 20 de los 32 departamentos de Colombia, incluyendo Nariño, Cauca, Casanare, Guajira, Magdalena, Bolívar, Norte de Santander, Santander, Bolívar, Sucre y Córdoba. Sin embargo, los grupos parecen funcionar de manera independiente el uno del otro, y no responden a ningún comando central. Cada célula de Águilas Negras se concentra en la protección de su porción de territorio y en competir con rivales como los Urabeños y los Rastrojos.
Orígenes
Las AUC eran una organización federal de escuadrones de la muerte – algunos de ellos formados en los años ochenta- la cual se centraba en cumplir dos objetivos principales: el primero, luchar contra las guerrillas de izquierda, y el segundo, hacer dinero, la mayor parte proveniente del narcotráfico. Una facción importante, liderada por Carlos Castaño, trató de enfatizar la lucha ideológica de las AUC y así presentar al grupo como una organización política de derecha. Esto sólo condujo a más rupturas internas en las AUC, y la frágil coalición se rompió. Al mismo tiempo, muchos de los líderes competían entre sí por territorio, en medio de horribles masacres y desplazamientos. El 15 de julio de 2003, las AUC acordaron iniciar negociaciones con el gobierno. A cambio del desmantelamiento de sus fuerzas y de ayudar a las investigaciones penales, a los altos mandos de las AUC se le prometió un cierto grado de amnistía. Una serie de desarmes importantes siguieron, y para el 2006, 31.671 supuestos paramilitares se habían desmovilizado.
No obstante, la desmovilización resultó ser una falsa paz. La mayoría de los bloques paramilitares entregaron sólo una pequeña fracción de las armas. A algunos jóvenes se les pagó para que se presentaran falsamente como ex-combatientes de las AUC, mientras que los mandos medios se mantuvieron intactos. En todo el país se mantuvieron las pequeñas unidades de milicias urbanas de paramilitares con sus armas. En las zonas rurales, los paramilitares vestidos de civil siguieron dirigiendo los negocios de las empresas criminales: la protección de cultivos de coca, la extorsión de terratenientes y contratistas, la persecución de activistas de derechos humanos, entre otros.
Fue a principios de 2006, en Cúcuta, Norte de Santander, y en algunas zonas de Nariño que los grupos armados comenzaron a llamarse a sí mismos “Águilas Negras”. En Norte de Santander, eran probablemente los exmiembros del Bloque Catatumbo, que operaban en la provincia desde 1999 hasta su desmovilización oficial el 10 de diciembre de 2004. Se cree que en Nariño, eran miembros del Bloque Libertadores del Sur, que oficialmente se desmovilizaron el 30 de junio 2005. Otras bandas armadas que se hacen llamar Águilas Negras pronto aparecieron en Antioquia y en la costa del Caribe, apareciendo por primera vez en Córdoba en 2007. Probablemente, estos otros combatientes provenían de los otros catorce bloques paramilitares que conformaban el Bloque Norte, la coalición de las AUC que controlaba la mayor parte del territorio al norte de Antioquia.
En ocasiones, Águilas Negras era el término genérico utilizado por los medios de comunicación colombianos para referirse a los exparamilitares que seguían traficando drogas en determinados territorios. Por ejemplo, la organización liderada por Daniel Rendón Herrera, formada por ex-combatientes del Bloque Elmer Cárdenas (y que más tarde se convertiría en los Urabeños), fue en un tiempo descrita como “Águilas Negras de Urabá”. Los narcotraficantes post-AUC que operaban en Antioquia y Córdoba, eran referidos como las “Águilas Negras del Norte.” En otras ocasiones, las amenazas a los grupos de abogados, defensores de derechos humanos y líderes sindicales, lo han hecho a nombre de las Águilas Negras. Los sindicatos, las agencias de ayuda social, y activistas de la reparación y restitución de tierras han recibido amenazas similares. Entre los grupos amenazados por las Águilas Negras se encuentran: el centro de investigación Nuevo Arco Iris y la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
La aparición de las Águilas Negras estuvo acompañada por la aparición de decenas de otros grupos delictivos, por lo general relacionados con el narcotráfico y el asesinato selectivo. En un estudio realizado en 2006 por Indepaz figuran 62 grupos sucesores de los paramilitares, quienes habían registrado acciones en todo el país, y muchos de los nombres que adoptan esos grupos son derivados de los bloques de las AUC. Es posible que en algunas zonas de Colombia, las pandillas callejeras adoptaran el nombre de “Águilas Negras” para intimidar más a las víctimas, para el pago de cuotas de extorsión, o el abandono de sus bienes. Hay poca evidencia de que las Águilas Negras operen como una organización sistemática. Por el contrario, parece que es sólo un nombre general para grupos sucesores, que están dispuestos a adoptar las tácticas de las AUC y, en muchos casos, su discurso político.
Modus operandi
Los altos mandos de las Águilas Negras están formados por paramilitares desmovilizados – ya sea los que no optaron por el proceso de paz con el gobierno o los que fueron reclutados a la fuerza. Los niveles más bajos del grupo parecen consistir de reclutas dedicados al narcotráfico. Las Águilas Negras se han basado en las redes criminales establecidas por los distintos bloques paramilitares en toda Colombia, pero sin la adaptación de la misma estructura militar y jerárquica. Por el momento, parece que las distintas facciones de las Águilas Negras no responden unas a otras, o que funcionen como una federación criminal. Además, no son conocidas por controlar las rutas transnacionales para el envío de cocaína.
El grupo suele anunciar su presencia en un área determinada mediante la distribución de panfletos. Por lo general, éstos anuncian la imposición de un toque de queda por la noche, declaran la guerra a alguna banda local, o amenazan a la comunidad con la “limpieza social” (es decir, amenazas contra los drogadictos, las prostitutas, o “simpatizantes de la guerrilla”, como organizadores sindicales o intelectuales ). Este es la misma retórica una vez utilizada por las AUC para imponer control social dentro de un área determinada.
En Colombia, las Águilas Negras han hecho sentir su presencia en áreas que fueron cruciales para los intereses económicos de las AUC. El hecho que los primeros grupos surgieran en el Catatumbo, Norte de Santander y Nariño en el año 2006 es significativo. Éstas áreas tienen algunas de los más densos cultivos de coca en Colombia e, irónicamente, son también los lugares que vivieron las grandes desmovilizaciones paramilitares. Para los traficantes de drogas, la presencia de coca en estos territorios los hizo demasiado valiosos como para ceder el control a sus rivales. Las Águilas Negras luego comenzaron a aparecer en los departamentos que hacen parte de las rutas de tránsito para la cocaína, como los municipios del sur del departamento de Córdoba
La protección de los viejos corredores de narcotráfico de las AUC también va de la mano con la protección de los intereses paramilitares sobre la tierra. En lugares como Córdoba, en donde se vieron algunos de los mayores desplazamientos por las AUC, las Águilas Negras han sido acusadas de matar a activistas que abogan por la restitución de la tierra. Amenazas parecidas, en contra de activistas de desplazados han sido registrados en Santander. Los grupos armados que se autodenominan como las Águilas Negras han impulsado desplazamientos en Sucre, Chocó y la región del Urabá en Antioquia
Ahora, luego de que en Colombia se aprobara una ley en 2011, la cual abrió el camino para la restitución de tierras, así como para la reparación de víctimas del conflicto armado, existe un grave riesgo de que los grupos con intereses económicos contraten a hombres armados de las Águilas Negras para defenderse. A medida que Colombia continúa vendiendo la tierra a los intereses de la minería, el petróleo y los agro-negocios, hay una alta probabilidad de que las Águilas Negras sean utilizadas para amenazar a las comunidades que protestan.
Fuente: InSight Crime – Crimen Organizado en las Américas