El llamado “revenge porn” o porno de venganza ocurre cuando lo anteriormente mencionado no sale como esperábamos. Una pareja se rompe y alguien sale dañado, tan dañado que cree tener el derecho a vengarse del otro.
Busca dar donde más duele y entonces encuentra aquellos vídeos, fotografías, etc. que se compartieron para dar un aire nuevo a la vida sexual de la pareja.
Lo siguiente es efectivamente lo que estás pensando, esta persona publica en Internet todo ese contenido íntimo de su ex. A veces, para mayor daño, incluso añade los datos personales de la víctima; su nombre, su edad, su ciudad, lugar de trabajo o estudios, teléfono, e-mail.
Actualmente existen muchas webs creadas solo para colgar de forma anónima imágenes e información para vengarse de gente.
Es frecuente que no se dé cuenta hasta que no comienza a recibir llamadas o correos de desconocidos, o hasta que un conocido no lo ve en la red y avisa inmediatamente.
Ya sabemos cómo es Internet, es muy difícil borrar la información, que además se multiplica rápidamente. Esas fotografías o vídeos eróticos recorren el mundo y se encuentran en miles de webs en cuestión de horas, es imposible controlarlo.
Lo que dice el código penal en EE.UU
Los numerosos casos ocurridos en Estados Unidos han provocado que en el estado de Maryland salga una ley específica.
Esta práctica será delito siempre que las imágenes se hayan publicado en internet para «causar daño emocional y angustia», sin el consentimiento del afectado y tras ser tomadas «en circunstancias en las que la otra persona tendría razones para esperar que no salieran del ámbito privado» y será penado con un máximo de 2 años de cárcel y 5.000 dólares de multa.
Legislar sobre Internet es muy complicado y en España aunque ya se han dado casos populares de expansión de imágenes comprometidas no termina de cuajar una ley que defienda a las personas de esta agresión.
Nunca culpar a la victima
Es fácil pensar en lo tonta que fue la víctima al ceder esas imágenes, pero echemos la vista atrás y pensemos si nosotros mismos no hemos hecho lo mismo en algún momento.
El juego erótico de grabarse teniendo sexo es muy habitual, pero aún más es el de enviar fotos provocativas a nuestra pareja, ni siquiera es imprescindible que sean sexualmente explicitas, la típica foto lanzando un beso es suficiente para que podamos ser colados en la web.
Todos pensamos que nuestra actual pareja sería incapaz de hacer algo así, las miles de personas afectadas tampoco lo vieron venir.
La víctima, una vez más, no es más que eso. Y la persona culpable solo es él o la que colgó las fotos sin permiso.
¿Cómo prevenir el porno de venganza?
La forma más eficaz de prevenirlo es no permitiendo la grabación de escenas eróticas en la pareja ni la toma de fotografías.
Otra forma es simplemente no enviando fotografías o vídeos comprometedores a nadie, incluidas nuestras parejas. Se pueden seguir haciendo mientras se conserven en tu teléfono o cámara y te asegures de que no sale de ahí.
Difícil, ¿verdad? Nadie quiere estar tomando medidas extraordinarias por si su pareja llega a ser un ex y decide vengarse en internet.
Por Marta Ibañez
Fuente: Doctissimo