Teresa Ulloa, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, lleva décadas luchando por los derechos de las víctimas de trataen México y ha rescatado a más de 700 personas de estas redes.
También ha visto numerosos casos en los que nadie ha llegado a tiempo. Las víctimas de los cárteles -dice- son normalmente las que salen peor paradas.
«Generalmente están dislocadas de sus piernas y la cadera por todas las violaciones que sufrieron, muchas tienen roto el esternón y encontramos el cráneo separado del cuerpo. (…) Y hemos encontrado chicas de 13 años con sus manos así, totalmente crispadas, en proceso de descomposición, lo que nos deja ver el dolor que estaban sufriendo», contó Ulloa.
Y la crueldad no acaba ahí. Las que consiguen salvar la vida, lo hacen a expensas de trabajar como mulas para los narcotraficantes o como vigilantes. Algunas incluso son formadas como sicarias o utilizadas como vientres de alquiler en el mercado negro.
Implicación de funcionarios
“Las denuncias por trata de personas son las que más han aumentado en el último año aquí en México. Y es que este país es el que registra más casos en toda América, sólo superado por Brasil. Ahora bien, las asociaciones defensoras de las víctimas señalan una particularidad y es la impunidad del Estado a autores de este delito. Y es que ya son varios los funcionarios públicos que se han visto involucrados en casos de trata», resaltó Ulloa.
Uno de los más sonados es el protagonizado por el entonces líder del Partido Revolucionario Institucional en Ciudad de México.
Las víctimas acusan a Cuauhtémoc Gutiérrez de contratarlas como recepcionista en las oficinas del partido, para después acosarlas junto a su equipo para que prestaran servicios sexuales.
Ulloa señala que había implicadas al menos 15 personas, por lo que debería considerarse como un caso de crimen organizado por parte de la Procuraduría General de México. Sin embargo, ésta no aceptó el caso.
«Se ha hecho evidente como todo el sistema, yo digo el sistema patriarcal, lo está protegiendo, seguramente porque utilizaba a las chicas que contrataba para sus servicios sexualestambién para proveer a otros políticos”, expresó.
Desde mayo, la activista dice recibir amenazas constantes, fue agredida en una ocasión y su oficina, vandalizada. ¿El motivo? Su apoyo a la investigación y las constantes críticas que lanza a las altas esferas encargadas de los delitos de trata.
Volcando la responsabilidad
A las preguntas por la situación de la trata en México, en la Procuraduría responden que están desbordados por el aumento de casos, pero evitan hablar de la situación interna del país.
«Nuestro principal país de destino de nuestras víctimas es Estados Unidos, por la cercanía, por todo lo que implica ser trasladados allí. Y tenemos un trabajo muy activo, hemos realizado operativos binacionales y hemos hecho rescates también binacionales», comentó Nelly Montealegre Díaz, fiscal para los delitos de trata de personas.
Curiosamente, la oficina de la ONU contra las drogas y el delito ha criticado que se aborde la trata en México como un crimen transnacional, ya que el 80% de las víctimas en el país son mexicanas.
Y un dato más para la reflexión: las cifras de la Comisión Nacional de Derecho Humanos indican que en el país apenas se penan el 7% de las denuncias de trata que levanta el Ministerio Público.