Por 12 horas un hombre armado ha mantenido al personal y clientes del café encerrados. Las personas secuestradas se encuentran en el Lindt Chocolate Café en el corazón del centro de Sydney. Al parecer, el hombre armado tiene a 30 personas encerradas en el café. Cinco personas lograron escapar recientemente y las autoridades ya han evacuado los edificios adyacentes.
“Nuestro plan y nuestro único objetivo esta noche es sacar aquellas personas que se encuentran atrapadas en ese edificio”, dijo el comisionado de policía Andrew Scipione en una pauta de prensa. “Estamos haciendo todo lo posible para liberarlos.” El policía también señaló que está en contacto con el secuestrador.
En la ventana del café, algunos de los secuestrados tuvieron que poner una bandera negra con letras en árabe.
“Recordamos a todos que la inscripción en árabe de la bandera no es una declaración política, pero reafirma un testimonio de la fe que ha sido objeto de apropiación indebida por una persona equivocada,” declararon unas 40 asociaciones religiosas australianas en un comunicado de prensa.
En el comunicado, la comunidad musulmana expresó su “absoluta conmoción y horror en las escenas sin precedentes”.
“Rechazamos cualquier intento de tomar vidas inocentes de cualquier ser humano, o para inculcar miedo y terror en sus corazones”, dijo el comunicado. “Este es un momento para todos los australianos que están juntos y se apoyan mutuamente.”
En una llamada telefónica hecha a la policía, el hombre armado demanda que las autoridades le entreguen una bandera del Estado Islámico, según Strait Times. Según el reporte, el hombre quiere hablar directamente con el primer ministro australiano Tony Abbott, el delincuente también dijo que hay cuatro bombas en diferentes sitios de la ciudad.
Australia participa en la coalición liderada por EEUU que realiza ataques aéreos contra los territorios del Estado Islámico en el Medio Oriente.
En septiembre el gobierno subió su nivel de amenaza terrorista y la policía ha realizado allanamientos antiterroristas a gran escala en todo el país. El secuestro en Sydney ha provocado una reacción civil, donde varios australianos se ofrecen a acompañar personas en ropa religiosa por su seguridad.
Sandra Segall
El Ciudadano