El aumento de las zonas verdes disponibles para el disfrute y beneficio de los ciudadanos es una preocupación común a nivel mundial. Muchos han sido los estudios que han determinado los beneficios que tienen las zonas verdes para la salud mental y biológica de la población, sobre todo de los más pequeños de cada familia.
Un reciente estudio publicado por el CREAL -el Centro de investigación en epidemiología ambiental de Barcelona– estableció que las áreas verdes urbanas cumplen un rol muy importante en la calidad de vida de la población y se asocian con una mejor salud mental de los niños. El estudio, conocido como proyecto BREATHE encontró asociaciones beneficiosas entre los indicadores de comportamiento infantil y un mayor tiempo dedicado a actividades recreativas en los espacios verdes. El proyeto BREATHE llevó a acabo estos estudios para demostrar el impacto que la contaminación ambiental de las ciudadaes tiene sobre el desarrollo cognitivo de los niños.
El estudio se basó en una muestra de 2.111 niños de edad escolar entre siete y diez años de 36 escuelas diferentes de Barcelona, en España. Según los resultados, pasar más tiempo en el exterior aumenta la imaginación y potencia la creatividad infantil, al tiempo que mejora la salud tanto mental como corporal de los más pequeños. Las causas de que los niños no disfruten de las zonas verdes tanto tiempo como deberían son, según el proyecto BREATHE, la falta de tiempo de la mayoría de los padres para acompañarles y la ausencia de lugares adecuados para llevar a cabo este tipo de actividades recreativas.
Los resultados determinaban además que los niños que tenían áreas verdes cercanas sus hogares eran menos propensos a sufrir sobrepeso, ya que al tener el parque cerca salían más y pasaban menos horas del día delante del televisor o de la pantalla del computador.
Otro estudio publicado en la revista Pediatrics and Adolescent Medicine aconseja hacer un esfuerzo para que los niños pasen -al menos- una hora del día al aire libre. Un niño activo interacciona con el entorno, lo que fortalece su independencia así como su creatividad y su capacidad para relacionarse con lo que sucede a su alrededor. Pasar tiempo al aire libre también ayuda a mejorar el aprendizaje y puede calmar la ansiedad e incluso curar depresiones, en especial si se manipula tierra o se juega en el suelo, según los resultados del estudio.
El estándar establecido por la Organización Mundial de la Salud es de nueve metros cuadrados de área verde por habitante, pero en el caso de Chile ninguna región alcanza este estándar, según la información publicada por el Observatorio Urbano.
La Región de Arica y Parinacota es la que registra el valor más bajo -0,7 metros cuadrados por habitante- y la de Maule la que registra el más alto -7,2 metros cuadrados de área verde por habitante-. Chile tiene, por lo tanto, un gran desafío por mejorar en esta materia. Según el estudio ‘Disponibilidad de Áreas verdes’ publicado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la insuficiente superficie de áreas verdes del país se debe al crecimiento poblacional explosivo que experimentó Chile entre los años 1970 y 2002 en la mayoría de sus ciudades.