Valparaíso está en peligro. El acceso a su borde costero, su paisaje oceánico y hasta su nombramiento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco corre el grave riesgo de ser tirado por la borda por culpa de proyectos de mala calidad puestos en manos de las personas incorrectas.
En 2013, la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) adjudicó a la empresa constructora española OHL la licitación para llevar a cabo la construcción del nuevo terminal del puerto de Valparaíso que traerá consigo, además, el uso de Laguna Verde como cantera para obtener el material pétreo necesario para construir la ampliación. Para realizar el proyecto, la empresa OHL ha creado la empresa Terminal de Cerros de Valparaíso -TCVAL- que se encargará de llevar a cabo todo el trabajo.
Tomás Elizalde, portavoz del movimiento ‘Mar para Valparaíso’ nos cuenta que lo que ellos pretenden es «difundir información sobre este proyecto que afecta a toda la ciudadanía de Valparaíso» ya que han descubierto que la adjudicación del proyecto y su aprobación se llevó a cabo con muchas irregularidades. «Nuestro trabajo inicial es difundir porque es un proyecto que carece de un estudio técnico eficiente, que tiene muchas externalidades negativas, que no fue considerado por ningún tipo de participación ciudadana, y que aisló por completo a la ciudad de Valparaíso del proyecto«, denuncia el portavoz de la plataforma.
Al parecer, la adjudicación del proyecto se llevó a cabo saltando por encima de muchos pasos esenciales ya que, según Elizalde, «se han gastado millones de dólares para hacer este proyecto sin consulta ciudadana, sin consulta parlamentaria, a escondidas, engañando a la gente para que los apoye, y ahora no se quieren dar cuenta de lo evidente: que se trata de un proyecto de mala calidad«, sentencia el portavoz de ‘Mar para Valparaíso’.
La construcción de la nueva terminal de buques del puerto de Valparaíso que tanta controversia está creando consta de un muelle de 725 metros de longitud que se construirá ganando terreno al mar mediante el uso de material de relleno y adelantando la línea de costa actual en unos 180 metros aproximadamente. Esta ampliación sumaría «veinte cuadras de containers que producirán mucho ruido y que afectarán directamente al paisaje oceánico que tenemos en Valparaíso«, denuncia Elizalde.
Además, la ampliación del puerto conllevaría utilizar áreas ubicadas en el sector de Laguna Verde, un lugar rico en flora y fauna donde se pretende explotar una cantera de 51 hectáreas para conseguir el material de relleno para la nueva plataforma. «Lo que se haría en Laguna Verde es absolutamente desastroso» denuncia el portavoz de ‘Mar para Valparaíso’. El muelle AES Gener -actualmente deshabilitado- se reabrirá para el transporte marítimo de los materiales extraídos de Laguna Verde hasta el puerto de Valparaíso.
Resulta curiososo -a la par que absurdo- que en estos momentos se esté llevando a cabo el servicio de estudio de impacto medio ambiental cuando el proyecto ya fue aprobado y adjudicado a la constructora española. Según sus planes, nos cuenta Tomás Elizalde «ellos partirían los trabajos en marzo de 2015, aunque ya tienen ocupados los terrenos que van a ser usurpados«. Pero el movimiento de oposición ‘Mar para Valparaíso’ no se detiene ante el devenir del tiempo que provoca que cada día quede menos para que llegue marzo, mes en el que supuestamente darán comienzo los trabajos de ampliación y construcción. «Queremos que se echen para atrás con esta propuesta que traería muchas cosas negativas para todos«.
Una de las principales consecuencias que afectarían directamente a la ciudad de Valparaíso es la pérdida de la denominación de Patrimonio de la Humanidad. La UNESCO se pronunció en contra de este proyecto y ordenó a la empresa y al gobierno de Valparaíso llevar a cabo una evaluación de Impacto Ambiental y del Patrimonio para identificar los impactos potenciales y definir las medidas de mitigación para asegurar que el valor universal excepcional de la propiedad no se vea afectado negativamente.
El problema, defiente Elizalde, es que el proyecto es muy deficiente. «Nosotros sí queremos puerto, pero un puerto bien hecho con proyectos integrados que tengan en consideración a la ciudadanía, así como el desarrollo sostenible y económico de Valparaíso«.
La Empresa Portuaria de Valparaíso usa de argumento los beneficios económicos que este nuevo proyecto dejará en la zona, ante lo cual, Elizalde responde que «para Valparaíso no queda nada. Los impuestos pagados van para el gobierno central y el turismo caerá debido a la pérdida de la denominación de Patrimonio de la Humanidad, así como la pérdida de acceso al mar para la ciudadanía, que impedirá llevar a cabo muchas actividades turísticas«. Las autoridades hablan de un aporte de 473 empleos, los cuales no aseguran que estén reservados para la población de Valparaíso.
Tomás Elizalde, junto a sus compañeros de ‘Mar para Valparaíso’ y otros movimientos de oposición al nuevo plan porturario continuarán alzando la voz para hacer llegar a la ciudadanía toda la verdad sobre un proyecto que se ha llevado a cabo bajo secretos y ocultaciones y que ahora quieren vender como una ampliación positiva para Valparaíso, «cuando en realidad no es más que una farsa«.