Una corte de Pekín ha juzgado a favor de un hombre gay en un caso contra una clínica de «conversión de sexualidad». Es una sentencia judicial sin precedentes en un país donde la mayoría considera profundamente la homosexualidad como tabú.
Yang Teng, 30 años, entabló un juicio contra la clínica Xinyu Piaoxiang en la ciudad china de Chongqing. Según él, la clínica le ofreció un «tratamiento» para su homosexualidad a través de una serie de curaciones con hipnosis y descargas eléctricas.
El tribunal dictaminó que tales tratamientos eran ilegales, y exigió que la clínica pague a Yang 3,500 yuanes (563 dólares) y que publique una disculpa a su sitio web.
“Es una muy buena noticia para nosotros”, dijo Yang al diario The Guardian. “El fallo del tribunal hará una gran diferencia.”
Aunque China ha comenzado a aceptar la homosexualidad en los últimos años, muchas familias, instituciones e incluso los libros de texto sobre educación, todavía tratan la homosexualidad como un problema que tiene que ser arreglado. La homosexualidad fue legalizada en China en el año 1997 y retirada de la lista de enfermedades mentales en 2001, pero el matrimonio de parejas del mismo sexo permanece prohibido.
Para muchas personas homosexuales chinas, los mayores obstáculos para la aceptación son más sociales que políticos. Debido a la política de tener un solo hijo, los padres chinos suelen colocar una enorme presión sobre sus hijos para casarse y formar una familia. Según una encuesta del año 2013 realizada por el Centro de Investigación Pew, sólo el 21% de los chinos opina que la sociedad debe aceptar la homosexualidad. Muchos chinos homosexuales denuncian haber sido objeto de discriminación en el trabajo o despedidos sin causa justificada .
Yang proactivamente buscó los tratamientos en febrero después que sus padres lo presionaran para formar una familia. Las clínicas de conversión para la homosexualidad son comunes en China, los EEUU y Europa a pesar de las advertencias de los médicos expertos sobre los procedimientos que no están respaldados por ninguna prueba científica y pueden hacer más daño que bien.
«Queremos transmitir la decisión del tribunal a más padres chinos para que puedan entender que la homosexualidad no es una enfermedad y no necesita ser tratada», dijo Yang. «Esperamos que salvemos a otras personas homosexuales, para que no tengan que sufrir.»
Fuente: The Guardian
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