Mary Whitehouse: activista de la moral puritana
Margaret Thatcher consideró prohibir juguetes de sexo utilizando una ley contra la pornografía como parte de una campaña para “limpiar la decencia pública” en la década de 1980.Los documentos divulgados por los Archivos Nacionales revelan que la ex-primer ministra fue persuadida para considerar un cambio en la ley por la activista contra la obscenidad Mary Whitehouse, con quien se reunió en dos ocasiones.
Ella fue una activista moral que libró una guerra puritana contra los medios de comunicación, y en particular con el canal BBC, en los años 1960, 70 y 80. Mary Whitehouse exigió que se eliminara la palabra ‘calzones’ (knickers) de la canción de los Beatles “I Am The Walrus” antes que se transmitiera en la televisión y quedó indignada por el posicionamiento de Mick Jagger con su micrófono.
Leon Brittan, el Ministro del Interior de la época, escribió a la señora Thatcher señalando que había un “caso fuerte” para prohibir los juguetes bajo la ley de obscenidad.
En septiembre de 1986, escribió: “Algunos de los artículos en circulación son más objetable, incluyendo algunos que pueden causar lesiones físicas”, según un informe publicado en The Times. Sintió que los juguetes sexuales podrían entrar en el ámbito de la prueba “depravar y corromper» de la Ley de publicaciones obscenas 1959.
Pero Thatcher quería apretar la ley, luego de que Whitehouse la presionara a enfrentar la percibida inmoralidad pública.
La Dama de Hierro le pidió a su secretario de estado que prepara una prueba, lo que pudo haber establecido una nueva barrera de lo que se podría considerar una ofensa del buen gusto o la decencia pública. El Ministro del Interior, Leon Brittan, encontró que la opinión subjetiva era un concepto demasiado impreciso para los tribunales y el plan fue abandonado.
La noticia se produjo semanas después cuando el Gobierno aplicó una prohibición polémica a ciertos actos sexuales en la pornografía británica que se consideraban moralmente perjudiciales y peligrosos.
Los activistas criticaron la ley, alegando que era un asalto a las libertades civiles y diciendo que el Gobierno está tratando de interferir en los dormitorios de las personas.
Fuente: Independent / BirminghamMail