El estado de la violencia en el mundo: lecciones y pronósticos

Durante el año de 2014 vimos una intensificación en la guerra en Siria, el mundo descubrió una “nueva amenaza” en el Estado Islámico, el cual nos hace dejar de pensar en otros grupos como al-Qaeda. El año ha visto varios conflictos olvidados, como la guerra civil en Libia. Para este año, se debaten las posibilidades de paz tanto para Siria como Ucrania, argumentativamente los conflictos más reporteados del año. Sin embargo, la paz no es tan simple como un alto al fuego.

El estado de la violencia en el mundo: lecciones y pronósticos

Autor: Sandra Segall

KURDISTAN19-01-2

En términos generales hemos visto una disminución de la paz en los últimos años, según las medidas mundiales tomadas por Global Peace Index, la cual mide la paz mediante indicadores como manifestaciones violentas y gastos en defensa nacional de los Estados del mundo. Según el instituto de investigaciones de la paz, SIPRI, esto es un desarrollo paralelo al aumento de fallecidos en conflictos. En algunas regiones del mundo, hemos visto un incremento de muertos directamente relacionados al combate, y en general una ampliación de la internacionalización de los conflictos intra-estatales, reporta el instituto en su libro anual.

Se distingue entre guerra y un conflicto armado por la cantidad de fallecidos en relación al combate, sin embargo, la amplia mayoría de las víctimas de los conflictos armados modernos son civiles, mientras que un indicador de la gravedad de un conflicto puede ser el número de personas desplazadas por las hostilidades. Mayormente debido a la guerra en Siria, la cantidad de desplazados llegó a niveles no superados desde la Segunda Guerra Mundial: más de 50 millones de personas en todo el mundo. De ellos, se estima que 9 millones de sirios han huido de sus hogares desde el comienzo del conflicto bélico en el año 2011. A mediados del 2014, la mayoría de las personas desplazadas eran afganos, sirios y somalíes.

Recientemente, el Observatorio Sirio de los DDHH emitieron las cifras de fallecidos en la guerra civil de Siria, este año fue el más letal en los cuatro años en que se ha desarrollado el conflicto, aproximadamente 76,000 personas fallecieron debido a la violencia. Similarmente, Irak vivió su año más fatal desde el año 2007, con más de 17,000 muertos, reportó la organización IBC. Según ella, 1,748 civiles fueron matados por los ataques aéreos militares iraquíes, mientras que 4,325 fueron asesinados por militantes del Estado Islámico.

Aunque los medios de comunicación dedican muchos artículos a Siria e Irak, la guerra más letal desde la Segunda Guerra Mundial llama poca la atención. El conflicto en la República Democrática del Congo (DRC) ha superado los 5 millones de muertos en la guerra, se desarrolla en el estado africano, mayormente sobre los recursos naturales del área, como por ejemplo coltán, mineral que se utiliza para la tecnología de nuestros celulares. Además, millones de mujeres sufren violencia sexual en el país, y el uso sistemático de violación en la guerra es uno de los ejemplos más aterradores del mundo. Según cifras entregadas por la ONU, se reporta aproximadamente 1,100 violaciones cada mes en la DRC, con un promedio de 36 mujeres y niñas violadas cada día. Se estima que 200,000 mujeres han sufrido violencia sexual desde el comienzo del conflicto armado.

Según el profesor de relaciones internacionales, Joshua S. Goldstein, se desarrollan 10 guerras y 8 conflictos armados graves en el mundo (evaluación hecha a mediados de 2014). De acuerdo a las medidas del Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala (UCDP), las cuales miden muertos vinculados a combates, las guerras del mundo se despliegan en Siria, Iraq, Nigeria, DRC, Sudán del Sur, Israel-Palestina, Libia, Ucrania, Afganistán y Pakistán. Sin embargo, hay una lista larga de otros conflictos armados,  usando la definición de 200 muertos en combate por año (pero menos de 1,000) tenemos la República Centroafricana, India, Malí, Filipinas, Rusia, Somalia, Yemen y Sudán.

Conflictos que podrían intensificarse durante el próximo año son, entre otros, la violencia por parte del grupo armado al-Shabab que se está ampliando desde Somalia a Kenia, y los últimos desarrollos de la rama del Estado Islámico en Egipto. Sitios de violencia olvidados del año 2014 son por ejemplo la guerra civil en Libia, Sudán del Sur y el conflicto armado que se está desplegando en Yemen.

Iniciativas de paz por parte de la ONU
Las guerras y los conflictos bélicos de los últimos años han visto bloqueos en el Consejo de Seguridad de la ONU, órgano que tiene el poder de fomentar y realizar intervenciones militares en regiones que se encuentran en estado de guerra y que amenazan gravemente a su población civil. Sin embargo, hemos visto el clásico juego de bloqueos, resoluciones que se vetan por los cinco miembros permanentes, argumentativamente debido a sus intereses políticos en el escenario mundial de las relaciones internacionales. Las intervenciones en Siria han sido inhibidas por parte de China y Rusia, igual como EEUU sigue poniendo su veto en contra de la formación de un estado soberano palestino.

“La comunidad internacional tiene que superar sus diferencias y encontrar soluciones a los conflictos de hoy en el sur de Sudán, Siria, la República Centroafricana y en otros lugares”, señaló António Guterres del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cuando se dio a conocer la cantidad de personas desplazadas en el mundo.

Desde hace años hemos escuchado llamados por la ampliación de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, donde la distribución del poder sobre la seguridad internacional se basa en el resultado de la Segunda Guerra Mundial, la cual terminó hace casi 70 años. Los intereses de los superpoderes siguen determinando el alcance de la ONU como autoridad mundial para intervenir en conflictos bélicos (aunque hay otras organizaciones y estados que se involucran en el violento escenario también). Debido a esto, una revisión de la legitimidad de este poder exclusivo es necesario para avanzar en temas de pacificación de las violentas disputas del mundo. Según SIPRI, otra razón que complica el camino hacia soluciones pacíficas en el mundo son las innovaciones tecnológicas, tanto como las actividades militares, económicas y políticas, las cuales cambian y se desarrollan a alta velocidad.

Pronósticos pacíficos: la paz no es “ganarle” al enemigo
Para lograr paz en tiempos de conflicto hay muchas técnicas y raíces de problemas que se manifiestan de una manera violenta. En algunos casos, la paz parece más alcanzable que otros. Pero la paz no es algo definitivo, es un proceso que cambia e interactúa constantemente en un país. A principios del año nuevo, tenemos algunas perspectivas interesantes y cuestiones para la paz estable en el mundo, puesto que la paz no es simplemente un alto al fuego, sino que un proceso que involucra el tejido social y la reconciliación entre individuos y agrupaciones sociales.

En Kurdistán iraquí por ejemplo, se puede distinguir como los medios de comunicación internacionales tienden a tratar el conflicto como si fueran “kurdos contra Estado Islámico” o “iraquíes contra yihadistas”. Sin embargo, la imagen no es tan clara. En el caso de que las fuerzas armadas kurdas junto con el ejército iraquí lograran recuperar los territorios ocupados por el EI, es probable que el conflicto se desarrolle con una intensificación en la disputa territorial histórica entre el Estado Iraquí y la región autónoma, y que los kurdos llamen en voz aún más alta por un estado soberano kurdo, debido a sus enormes  esfuerzos en el combate contra el grupo. Otro asunto en el caso iraquí son las milicias chías que combaten el EI, pero que también están cometiendo delitos graves contra los civiles suní del país, culpandolos por el avance del grupo armado. La paz no es simplemente “ganarle” al enemigo, en Siria e Irak se enfrenta con violencia y desconfianza mucho más allá del “yihadismo” que el Occidente percibe como el fin del mundo entero.

Algunos destacan un desarrollo contemporáneo, el cual pone en cuestión una “nueva” amenaza de seguridad, delincuencia organizada, como la situación de la “guerra” de las drogas en México. Esto también es distinguible en el caso de Colombia, donde se encuentra la gran mayoría de las personas desplazadas de las Américas y las cifras han aumentado de manera constante durante la última década. La causa principal del desplazamiento es el conflicto prolongado, pero según la organización IDP, la violencia por grupos de delincuencia organizada también obliga a decenas de miles de personas a huir de sus hogares.

En conflictos sobre territorios, como en Israel-Palestina y la guerra entre Ucrania y los insurgentes, es difícil predecir si las fronteras cambiarán de nuevo. Sin embargo, Palestina está avanzando en el escenario de organizaciones internacionales, ganando reconocimiento por varios gobiernos europeos. Ucrania se ha vuelto en un lugar donde se lucha aún más por las líneas geopolíticas destacadas durante la Guerra Fría, como el país ya ha finalizado muchos de sus servicios gubernamentales al este, es difícil ver cómo se integraría este territorio en la nación ucraniana de nuevo. Otro aspecto de los desarrollos generales del mundo, es que vemos una menos cantidad de las guerras entre dos estados, sin embargo, se puede argumentar que Ucrania es un conflicto donde esta definición se encuentra en una zona gris, debido al alegado involucramiento de Rusia.

Cabe recordar que muchos de los conflictos, especialmente en el Medio Oriente, se perciben de una manera simplificada como luchas “religiosas” o “étnicas”, en el caso de los conflictos más reporteados, Irak y Siria, el argumento del sectarismo como “raíz” de la violencia muchas veces esconde una agenda política y la culpa de los superpoderes del mundo. Nuestra categorización de las sociedades tienden a ser “enclaves étnicos”, los cuales en realidad muchas veces son divisiones sociales. Esto en sí restringe la posibilidad de responder con políticas adecuadas a la violencia en conflictos bélicos, para asegurar que estos pueblos puedan delinear su propio futuro.

Sandra Segall
El Ciudadano


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