Felipe Kast a Carlos Délano: “miguitas de ternura yo necesito, si te sobra un poquito, dámelo a mí”

Una vez, un conocido de la TV, a quién admiro mucho, me dijo: mira Angela, no seas paranoica

Felipe Kast a Carlos Délano: “miguitas de ternura yo necesito, si te sobra un poquito, dámelo a mí”

Autor: Ángela Barraza

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Una vez, un conocido de la TV, a quién admiro mucho, me dijo: mira Angela, no seas paranoica. No hay un plan maestro para cagarse a la gente. No creo que estos señores se levanten por la mañana diciendo “ñaca ñaca” ni que hagan las triquiñuelas que te imaginas.

Por eso es que me encantan los escándalos políticos.  Porque nos enrostran la mierda de país en el que vivimos y en el que no queremos creer. Nos llevan al absurdo televisado y de vuelta, tenemos más mierda y no somos capaces de hacer algo al respecto. ¿Has oído la frase “cada pueblo tiene los gobernantes que se merece”? Pues esta frase, que se le atribuye a W. Churchill, nos viene como anillo al dedo, porque somos una nación muy cómoda, muy pusilánime, muy de patrones y los vemos de lejos, como si fueran semidioses intocables.

Estos desgraciados roban millones, que no podemos imaginar en qué los gastaríamos si los tuviéramos; y los miramos y protestamos en la once, mientras vemos las noticias, como mucho peleamos con la TV y eso fue todo. Sin embargo, nos sentimos una sociedad reaccionaria por plastificar a un pendejo a un poste porque le robó a un ancianito. Eso es lo que somos. Los hacendados de un fundo, que le disparamos a un jutre, porque es menos que nosotros.

Han salido en la prensa, publicadas las cartas de los políticos corruptos de la derecha, hacia el señor Délano, mendigándole “miguitas de ternura” con la careraja para señalar “por muy modesto que sea (los aportes)” y ya sabemos las cifras. Da asco.

Pero me quiero detener, puntualmente, en el caso del señor Kast quien detalla en uno de sus mensajes: Honestamente pienso que la defensa de las ideas más importante se va a dar en el Congreso, dado que el (sic) la presidencial hay pocas posibilidades de ganar.

Ya teníamos el antecedente de la ley Longueira, de pesca, en donde se cagó encima de todos los pescadores artesanales, sin vergüenza, para pagar favores económicos para sus campañas y leer este mensaje de Kast me da pavor. Porque ¿Qué podríamos esperar entonces, si llegaran a la presidencia? En el congreso se pueden pelear los votos y, afortunadamente, en estas elecciones, los representantes de la derecha no tuvieron mayoría parlamentaria, pero ¿Y si no hubiese sido así? ¿Cuántas de nuestras leyes, si miramos hacia atrás, están hechas, no para todos los chilenos, sino para los empresarios? y eso abre otra ventana ¿Por qué le tienen tanta bronca los empresarios a la nueva reforma laboral? ¿Acaso invirtieron mucho y, no van a tener retorno porque no tuvieron mayoría parlamentaria y entonces realizan campañas del terror a través de sus voceros, para que no se les acabe la teta?

¿Hasta cuándo vamos a sentarnos en el sillón, con lentes 3D y comiendo cabritas sin hacer nada?

Peor aún ¿Qué podemos hacer?

Por lo pronto, esta es una invitación a reflexionar un poco frente a las implicancias de las decisiones parlamentarias que se toman en la cueva de Alí Babá y a prestarle más atención al caso Penta, como también al Caso Cascadas en donde aparece reiteradamente el nombre de don Piñi, nuestro Silvio Berlusconi criollo, porque ahí también hay buenas luces respecto de las malas prácticas políticas que se han llevado a cabo históricamente.  


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