Durante las últimas semanas de mayo Teatro Mendicantes estuvo presentando su obra Gran Baile Gran a sala llena en el Galpón de Matta Oriente, en Ñuñoa. Trabajo que ya había presentado y que ahora repuso. Y se notó el rodaje: mejor velocidad, cuidada puesta en escena, notable edición e incorporación de nuevos elementos. La obra sigue siendo un interesantísimo viaje por Chile desde 1920 hasta la actualidad. Escenografía, vestuario, corporalidad, locuciones radiales, todos detalles que lo ubican a uno perfectamente en cada contexto, logrando momentos altamente emotivos. Mención aparte merece la banda musical.
Es importante acotar que se trata de una obra casi sin texto -más allá de lo que se escucha por la radio, un buen elemento para separar épocas-, de modo tal que la narración se va dando por los cambios de vestuario, el movimiento y la música.
Versatilidad a toda prueba es lo que muestra esta notable banda, que se pasea con soltura por los universos del vals, boleros, rock and roll, música disco e incluso reggeaton, a efecto de generar los ambientes adecuados para cada época. Destaca especialmente la presencia de Héctor Echeverría, quién tomó el lugar de Moyla de La Mano Ajena -integrante en la primera temporada-. Héctor es un sorprendente multi-intrumentista, que interpreta con gran soltura el trombón, la guitarra, teclado y el acordeón, e incluso canta, emulando a momentos y perfectamente al mejor de los cantantes de blues americano.
En la obra, la compañía hace referencias, pero no alusiones directas a la cultura pop, o sea, muestra cosas que son y a la vez no son: el programa de TV de los ochenta, por ejemplo, está a medio camino entre el Festival de la Una y Sábados Gigantes, aunque el animador se parece más a Antonio Vodanovic. La banda hace lo mismo: para la parte del mundial del 62, presenta un rock and roll que suena como el rock del mundial, pero que es otro tema. Son guiños a través de los cuales se hace referencia a una estética, pero donde lo que se ofrece es, finalmente, algo diferente y propio. La música busca ambientar, ubicar. La idea es llevar al espectador hacia una época. Sería más fácil lograrlo recreando directamente el repertorio y las figuras pop de la época; es un desafío mayor el hacer referencias más que citas directas. Ello implica más trabajo y un resultado de mayor nivel y profundidad de lectura, menos inmediato… notable.
Destaca el esfuerzo previo, la versatilidad y el carisma de la banda, además de su compenetración total con la obra. No es fácil lograr lo que ellos hacen, por lo mismo, vale mucho la pena ir a verlos y felicitarlos por tan bello trabajo.
Comentario realizado por el músico de Gandjarvas, Cristóbal González.
Foto: Evelyn Cazenave A.
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