Cinco consejos a seguir estas vacaciones para recargar el 100% de tu energía

Los que tuvistéis el acierto de autoconcederos alguno de los cinco regalos que os propuse hace unas semanas, pudísteis comprobar que con pequeños gestos se pueden conseguir grandes beneficios. Ahora, pasadas las navidades e iniciada la temporada estival con sus particulares altas temperaturas, os ofrezco otras cinco prácticas recomendables que os harán disfrutar más de las vacaciones y comenzar el año de la mejor forma posible.

Desconéctate

Sin apenas darnos cuenta hemos desarrollado una dependencia bestial a los móviles, computadores y redes Wi-Fi. Tanto es así que si haces memoria, llevas mucho tiempo -seguramente demasiado- sin pasar más de unos minutos sin contacto con el resto del mundo a través de la tecnología. Mi consejo para este verano es que lo intentes, que te propongas pasar una mañana, una tarde o incluso un día entero si te ves capaz, bajo un absoluto apagón tecnológico. Ni teléfonos, ni computadoras, ni tables ni televisores. Propóntelo y sal de tu casa sin celular, experimenta la sensación de libertad que sientes cuando nadie puede localizarte de ninguna forma más que llamándote por la calle, cuando ni los whatsapp ni las llamadas interrumpirán ese agradable paseo por el parque o los entretenidos juegos con tu mascota. Pruébalo, olvídate de los aparatos electrónicos y rescata ese libro que dejaste a mitad, recupera la baraja de cartas del fondo del cajón, o desempolva la bicileta que espera ansiosa en el balcón a que la saques a pasear.

El ritmo y el estilo de vida del mundo de hoy prácticamente nos obliga a hacer un uso constante de las tecnologías, pero podemos descansar de vez en cuando y sentirnos libres de las vibraciones, de los ‘bips’ y de las pantallas iluminadas, aunque sólo sea durante un pequño rato al día.

Rescata una parte de ti

Dirígete hasta el armario donde guardas la ropa de verano y busca entre todas las poleras, los vestidos o los pantalones, una prenda que lleves mucho tiempo sin usar pero que en su día importó lo suficiente para tí como para comprarla y guardarla hasta el día de hoy. Da igual que ya no lleves ese estilo de ropa o que tenga aspecto de prenda vieja, póntela y revive el momento en el que la prenda llegó a ti y trata de recordar alguno de los muchos otros momentos que después vivísteis juntos. Todas las prendas de ropa, más o menos bonitas, más o menos costosas, guardan entre ssus tejidos una historia, una pequeña parte de ti que puedes rescatar a través de la memoria y que te hará volver a ese momento, a esos días, y experimentar diferentes sensaciones vividas en tiempos pasados. Inténtalo, es un viaje muy económico.

Muévete

Los días y las semanas pasan, de lunes a lunes, sin apenas mover nuestro cuerpo más que de casa al trabajo y del trabajo a casa. Este estilo de vida ayuda a que los músculos se acostumbren a la falta de actividad y que olviden lo que es llegar al límite, volverse locos y trabajar al máximo de revoluciones. «Yo camino mucho a lo largo del día«: este tipo de ejercicio físico está muy bien y resulta positivo para ciertos aspectos de nuestra vida, pero en esta ocasión no me sirve. Todos caminamos a lo largo del día -unos más que otros- pero los músculos durante la caminata no llegan ni a la mitad de sus posibilidades.

Recomendación: ve a un parque y corre, pero corre todo lo rápido que te deje el cuerpo -no de golpe, primero estira, calienta y aumenta el ritmo de poco en poco- hasta alcanzar ese punto en el sientes que has llegado al límite de tu cuerpo, y cuando estés ahí, aguanta un poco más. Disminuye luego el ritmo progresivamente, regresa a la normalidad y disfruta de la sensación que recorrerá tus músculos, escalofrío de vida, de fuerza, de explosión. Sentirás tus músculos, el fluir de la sangre entre las venas, la vida que hay dentro de nosotros y que, en ocasiones, tenemos que sentirla palpitando en nuestras sienes para recordar que sigue ahí. Hazlo, corre, explota, vive, siente, disfruta.

Coloréate

El sol, el buen tiempo, las temperaturas elevadas y los días largos piden colores. Es así. El negro es un color precioso, no lo niego en absoluto, pero trata de vestir algún día durante las vacaciones con ropa de color llamativo e intenso como el rosa, el verde, el amarillo, el naranja o el azul. Por separado o mezclados formando arcoiris, los colores tienen el poder de trasmitir sencaciones que pueden llegar a influir en nuestro estado de ánimo mucho más de lo que nos pensamos. Al día nos miramos más de una vez -y de cinco- al espejo y cada vez que eso ocurre, el color de nuestra ropa nos trasmite un mensaje, de alegría, esperanza, fuerza, pasión o libertad. Por ello, resulta interesante probar a incluir en nuestra vestimenta colores vivos que nos ayuden a levantar el ánimo, ¡pruébalo!.

Que la música te acompañe

Creo que todos estaréis de acuerdo en que la música es parte de la vida y en que la fuerza de las notas y de las palabras trasmitidas sobre una melodía no es posible igualarlo con ninguna otra cosa de este mundo. No existe sustituto para la música, y debemos aprender a sacarle todo el partido que podamos. Mi último consejo para estas vacaciones es comenzar los días con una canción que debéis escuchar -preferiblemente con cascos- estando aún acostados en la cama, con todo un día por delante aún por desarrollarse. Es importante adquirir conciencia de ese momento, del momento previo a todo lo que puede ocurrir ese día, y acompañarlo de una canción especial que de alguna forma signifique algo importante para cada uno de nosotros. Escucha la melodía, siente la letra, y disfruta de esos tres minutos de canción que te van a ayudar a comenzar el día con un tono distinto, con un ritmo diferente al resto.