Curiosamente, y más allá de las circunstancias en las cuáles se haya gestado tal encuentro, una buena parte del desenlace se define al momento de interactuar con la policía. Una mala actitud, un descuido y más aún un error grave de nuestra parte, puede resultar francamente costoso en muchos sentidos. Por el contrario, si mostramos una actitud acertada, conoces, al menos en términos básicos, tus derechos y tienes un poco de suerte, es probable que el intercambio tenga un final feliz (o en todo caso uno no tan infeliz).
Considerando lo anterior, quién mejor que un propio policía para aconsejarte cuál es el código de conducta idóneo una vez que tienes por delante a uno de ellos. Obviamente existen muchos aspectos que varían de país en país, en cuanto al marco legal y los derechos que tienes, como ciudadano, frente a las “fuerzas de la ley”. Pero también parece que la mayoría de estas recomendaciones publicadas por Neil Franklin, en Alternet, podrían aplicar, en mayor o menor medida, o con sus respectivos bemoles, en prácticamente cualquier lugar.
1 Siempre mantén la calma: una mala actitud garantiza un mal desenlace.
2 Guarda silencio: lo que dejes de decir no podrá ser utilizado en tu contra.
3 Tienes derecho a negarte a una revisión: así que aprovéchalo.*
4 No te dejes engañar: recuerda que en muchos lugares la policía tiene facultades legales para mentir.
5 Define si puedes retirarte: la policía necesita evidencia para detenerte.*
6 No te expongas: llamas la atención y hacer tonterías en vía pública te hará una presa fácil.
7 No corras: es muy probable que te alcancen y que hagan que te arrepientas de tu decisión.
8 Jamás toques a un policía: acciones agresivas solo te harán acreedor a una respuesta agresiva (y generalmente armada y entrenada).
9 Reporta cualquier abuso o falta de respeto: sé un buen testigo.
10 No tienes que abrirles la puerta: la policía necesita una orden emitida por un juez para ingresar a tu hogar.*
* Dependiendo de las leyes locales.
En resumen, se trata de mostrarte calmado y respetuoso ante un oficial. Si lo haces, y no has cometido un delito, es muy probable que saldrás bien librado del encuentro. También es fundamental informarte un poco sobre las leyes de tu localidad, tus derechos, responsabilidades y las posibles sanciones contra algunas de las faltas más comunes.