Miles de jóvenes estudiantes peruanos marcharon ayer por doce ciudades diferentes exigiendo que se anule la reforma laboral juvenil que permitirá a las empresas contratar a trabajadores jóvenes ahorrando en derechos tales como las gratificaciones o las compesaciones por tiempo de servicio.
En principio iba a ser una manifestación pacífica, tal y como lo anunciaban en la convocatoria de la marcha, pero al llegar al lugar de encuentro, los jóvenes protestantes se encontraron un fortísimo dispositivo policial que envidenciaba que las fuerzas de seguridad no tenían las mismas intenciones pacíficas que los manifestantes.
La marcha de protesta contra el nuevo régimen laboral juvenil tuvo éxito de participación en las doce ciudades donde fue convocada, donde miles de jóvenes asistieron para mostrar su oposción a esta reforma que permite a las empresas contratar a trabajadores de hasta 24 años ahorrando en derechos laborales. La de ayer fue la cuarta que se lleva a cabo en Perú en contra de esta reforma que fue bautizada popularmetente como Ley Pulpín.
La manifestación comenzó de forma tranquila y sin sobresaltos en las doce ciudades donde fue convocada. En Lima, los estudiantes de diversas universidades, así como dirigentes, trabajadores de sindicatos y estudiantes de institutos técnilos llenaron las calles aledañas a la Plaza de San Martín de Lima a partir de las seis de la tarde del jueves. Todo iba bien, según informaban los testigos a través de Twitter: los manifestantes gritaban en contra de la reforma que mermará sus derechos laborales y marchaban por las calles portando pancartas y carteles; pero la policía decidió intervenir.
A partir de las siete de la tarde, se comenzaron a crear enfrentamientos entre el extenso dispositivo policial establecido en la zona y algunos de los manifestantes. Según informaron los testigos a través de la red social Twitter, algunos manifestantes fueron rodeados por la policía y gaseados para facilitar su detención. Los participantes en la protesta también denuncian la actitud arbitraria de las fuerzas de seguridad, que quitaban impunemente los celulares a los manifestantes que hacían fotos o grababan vídeos de los enfrentamientos y agresiones policiales.
Al final de la jornada de protesta en Lima, treinta personas habían sido detenidas, dos de ellos periodistas y otros dos menores de edad. En el resto del país, las manifestaciones transcurrieron sin apenas conflicto, tal y como se había anunciado en la convocatoria de las marchas.
El motivo de protesta es el nuevo régimen laboral juvenil que se aprobó a principio del pasado mes de diciembre en el Congreso. La reforma de la ley laboral supuéstamente fue pensada para reducir el porcentaje de empleo juvenil informal, pero los estudiantes dudan mucho que sea la forma de conseguir tal objetivo. La entrada en vigor del nuevo régimen -fechada para el 16 de marzo- traerá consigo que los jóvenes de 18 a 24 años podrán ser contratados en plantilla, con derecho a vacaciones y seguridad social, pero no tendrán acceso a utilidades, ni asignación familiar, ni al pago de compensación por tiempo de servicios.
Por lo tanto, la reforma de la ley de empleo juvenil permite a las empresas contratar a jóvenes de hasta 24 años ahorrando en derechos laborales. Por este motivo, miles de jóvenes en Perú se manifiestan en las calles pidiendo una reforma laboral más justa e igualitaria, que refuerce el empleo juvenil en lugar de minusvalorarlo.