La mítica discusión sobre la existencia o no de la Atlántida se ha reabierto a raíz del hallazgo de unos lingotes que, según los expertos, podrían ser de Orichalcum, un metal también llamado Oricalco que, según las historias y las leyendas, cubría la legendaria ciudad de la Atlántida bajo las aguas.
Los 39 lingotes fueron hallados por un equipo de arqueólogos dirigido por Sebastiano Tusa, profesor de paleontología de la Universidad Suor Orsola Benincasa, dentro de un buque hundido hace unos 2.600 años en las costas de Sicilia. Las teorías acuñadas por el momento sobre el orgien del barco apuntan a que se fue a pique al encontrarse con una fuerte tormenta mientras transportaba la carga desde Grecia hasta Asia Menor.
«No podemos decir cómo es de grande el navío porque tenemos que cavar en la arena para recuperar lo que queda del casco de madera, pero supongo que tendrá unos 15 metros de largo. Estaba entrando a puerto cuando, por algún error a la hora de maniobrar o debido a una tormenta, se hundió«, afirma el profesor Sebastiano Tusa.
El oricalco es un metal supuestamente formado por cobre, zinc, níquel, plomo y hierro que, según explicó Platón hace dos mil años, recubría la mitológica ciudad perdida antes de que desapareciera. El filósofo descibrió la Atlántida como «un lugar brillante como las luces rojas del metal«.
Tras analizar los lingotes encontrados con rayos X se ha descubierto que los objetos están fundidos al 75-80% de cobre, al 15-20% de cinc y que contienen dosis pequeñas de níquel, plomo y hierro.
«El descubrimiento es único y excepcional, ya que es la primera vez que nos encontramos lingotes de este tipo. Sabíamos de la existencia del Orichalcum gracias a los textos antiguos y algunos objetos ornamentales, pero ahora lo tenemos en un naufragio que se remonta a la primera mitad del Siglo VI», declaró Sebastiano Tusa a la prensa hace unos días.
Si existió o no la Atlántida de la que tanto hablaba Platón en sus escritos, sigue siendo todo un misterio. Algunos piensan que el lugar descrito por el filósofo en los diálogos entre Timeo y Critias surge de la pura la imaginación de Platón, mientras que otros prefieren pensar que esa enorome isla abundante en recursos -especialmente minerales- realmente existió hasta que la furia de los dioses, en forma de terremoto e inundación, hizo desaparecer la isla bajo el mar «en un día y una noche terribles«, según describe Timeo en los diálogos de Platón.