Habla dirigente de la Coordinadora Arauco Malleco desde la cárcel El Manzano

«Queremos la misma autonomía que tienen los vascos y los catalanes en España», dijo hoy Héctor Llaitul Carillanca, el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), en prisión preventiva desde hace cuatro meses en la cárcel de Concepción


Autor: Sebastian Saá

«Queremos la misma autonomía que tienen los vascos y los catalanes en España», dijo hoy Héctor Llaitul Carillanca, el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), en prisión preventiva desde hace cuatro meses en la cárcel de Concepción.

«No somos tan soberbios como para decir que vamos a conseguir la autonomía de un solo paso, pero tenemos que ir poco a poco sentando las bases de la liberación» de la nación mapuche, declaró Llaitul.

Acompañado de otros siete comuneros presos, el líder de la CAM -acusado de asociación ilícita terrorista, homicidio frustrado, robo con intimidación y atentado a la autoridad- mantuvo un encuentro con corresponsales extranjeros en la cárcel de «El Manzano», a 520 kilómetros al sur de Santiago.

Llaitul, de 41 años y con estudios en las universidades de Valparaíso y Concepción, afirma que los mapuches siguen «con la bota militar en el cuello, perseguidos y castigados por las mismas leyes que en la dictadura de Pinochet».

Sometido a la ley antiterrorista aprobada en 1983, el dirigente sostiene que «hay un intento de criminalizar la causa mapuche por parte del gobierno, presionado por la derecha económica».

Aunque dos empresas, las forestales Mininco y Malleco, son dueñas de 2,5 millones de hectáreas (cuatro veces más que lo que poseen todas las comunidades) Llaitul puntualiza que el objetivo no es sólo recuperar la tierra. «Queremos reconstruir la nación mapuche», enfatiza.

Los mapuches exigen el reconocimiento constitucional de su identidad, sus derechos y su cultura.

Llaitul denuncia que los mapuches viven en un «Estado militarizado» y por eso «cuando una comunidad es allanada por la policía, tiene derecho a la autodefensa».

«Lamentablemente, para recuperar nuestra tierra tiene que correr sangre, sudor y lágrimas», reconoce el dirigente mapuche, en referencia a los cuatro comuneros muertos a manos de las fuerzas de seguridad desde que estalló el conflicto.

El líder de la CAM critica la decisión de la Alianza Territorial Mapuche y otras organizaciones indígenas de sentarse a dialogar con el gobierno, porque, según él, de esa forma están validando la usurpación de las tierras y la política de amedrentamiento.

La radicalización de las protestas mapuches -explica Ramón Llanquileo, otro de los comuneros presos en «El Manzano»- comenzó a finales de los noventa, cuando «se vio que era necesario superar la organización mapuche tradicional, porque los viejos estaban colonizados ideológicamente».

Fue entonces cuando la Coordinadora Arauco Malleco empezó a hablar de «liberación nacional», explica Llanquileo, quien asegura con orgullo que en la mayoría de los lugares donde se han recuperado tierras, detrás han estado los weichafes (guerreros) de la CAM».

«Pero nosotros no hemos asesinado a nadie, nunca hemos utilizado explosivos ni armas de guerra», puntualiza el líder de la Coordinadora Arauco Malleco, quien destaca la solidaridad internacional de su causa.

«Tenemos relación con otros movimientos indígenas latinoamericanos y con algunos organismos internacionales», explica.

Llaitul niega rotundamente vínculos de la CAM con la organización terrorista vasca ETA o con las Fuerzas Armadas Reolucionarias de Colombia (FARC), «como sostiene la derecha chilena», y rechaza también que los activistas de la CAM planificaran un ataque contra Mario Elgueta, el fiscal que investiga el conflicto mapuche.

«No fue una emboscada, sino un enfrentamiento», dice refiriéndose a los hechos ocurridos el 16 de octubre de 2008 en la comuna de Tirúa, cuando según la fiscalía un grupo de encapuchados bloqueó el paso a la caravana policial e hirió al fiscal, dos carabineros y tres detectives.

Héctor Llaitul, padre de cinco hijos, también niega rotundamente que los mapuches utilicen a los niños como escudo, tal y como sostiene el Ministerio del Interior.

«Es absolutamente falso, eso esa mentira, como lo de la quema de una escuela o el hallazgo de armas de guerra; este Gobierno es muy hipócrita».

Llaitul opina que la presidenta Bachelet no ha mostrado intención real de resolver el conflicto, pero teme una «mayor represión» si Sebastián Piñera, el candidato derechista que encabeza los sondeos, gana las elecciones presidenciales de diciembre.

El líder de la CAM confiesa que no entiende la cerrazón que a su juicio muestran hacia el problema mapuche la presidenta Bachelet y la ministra portavoz, Carolina Tohá, siendo hijas de asesinados en la dictadura y habiendo padecido ellas mismas la represión.

Convencido de que el conflicto se acabará cuando el Gobierno se siente a negociar, Héctor Llaitul rechaza participar en política.

«¿Entrar en el Parlamento? No, para nada. ¿Qué sentido tiene un mapuche en un Parlamento de 120 diputados?».

EFE

El Ciudadano


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