Cientos de manifestantes se han concentrado este lunes frente al Paramento de Reino Unido -el famoso Big Ben- para protestar en contra de la política del gobierno británico que favorece la puesta en marcha de la técnica de fracturación hidráulica no convencional para la extracción de gas.
Esta técnica es tremendamente polémica debido al impacto ambiental que conlleva, ya que requiere del uso de productos químicos que permanecen en la tierra o en el agua cercana provocando la contaminación de la zona y el posible envenenamiento de las poblaciones cercanas. Además, esta técnica también conlleva la emision de benceno, un potente agente cancerígeno presente en el vapor que sale de los pozos de evaporación; y las emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atómsfera. A todo esto se le suma también la contaminación acústica y el impacto paisajístico que puede influenciar en la flora y fauna de la zona.
Por todo estos motivos, celebridades británicas se han unido a organicaciones ecológicas y otros concentrados frente al parlamento británico para protestar contra el uso de la técnica de fracturación hidráulica conocida como fracking que ha levantado protestas en muchos países del mundo.
La protesta, según han anunciado fuentes cercanas, se extenderá a otras localidades de Reino Unido a lo largo de la semana.
La concentración frente al Big Ben coincidió con un debate parlamentario sobre un proyecto de ley en infraestructura que acelerará los trámites de concesión de licencias a las compañías energéticas. Más de 300 mil personas han firmado una petición en contra de esta legislación.
El Comité de Auditoría Medioambiental del Parlamento británico -EAC por sus siglas en inglés- publicó un informe que alerta sobre las incertidumbres alrededor de los efectos que esta técnica de extracción puede tener en la salud de las personas y en el medio ambiente. Este comité defiende que el fracking debe «prohibirse por completo» en zonas protegidas como parques nacionales, así como en zonas con acuíferos de agua potable que pudieran resultar contaminados.
La presidenta de este comité, Joan Walley advierte que «el fracking es incompatible con nuestros objetivos a largo plazo en cambio climático para recortar emisiones«, debido a la altas emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva el uso de esta práctica de fracturación hidráulica del suelo.
Los manifestantes denuncian que el gobierno de Cameron está tratando de agilizar los cambios en la legislación para permitir a las empresas fracturar por debajo de las casas de la gente sin su consentimiento algo que, según Joan Walley es «profundamente antidemocrático«.
El pasado mes de septiembre, el ministro de economía George Osborne envió una carta al resto de ministros del Gobierno británico en la que animaba al equpo a hacer del desarrollo del fracking una prioridad personal. La carta fue filtrada por el activista Tony Bosworth, miembro de la organización ‘Amigos de la Tierra’ que quiso denunciar con este documento la estrecha relación existente entre la política y la economía.
Cameron, por el contrario, insiste en que la técnica de fracturación hidráulica del suelo resultará beneficiosa para la economía del país tomando como modelo a su ‘país colega’ Estados Unidos, y asegura además que «lo más importante que tiene que ocurrir es que se excaven algunos pozos exploratorios para que las comunidades locales puedan ver los beneficios«.