Y Grecia dijo ¡Basta!

Analizando los resultados sin prejuicios, Grecia ha recuperado la democracia después de imposiciones de la Unión Europea que han desnaturalizado su funcionamiento institucional desde hace mucho tiempo. Imposiciones de la Troika, que lejos de aliviar el problema lo han incrementado y con ello la pobreza y la desesperación. Los datos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional confirman la crueldad y la inutilidad de los planes de rescate. Ya nadie tiene dudas, salvó Merkel. Los griegos gritan ¡basta!

Frente a quienes dicen que los préstamos hay que pagarlos, conviene añadir que no se han investigado cómo se dieron, en muchos casos para financiar compras que solo beneficiaban a las industrias, sobre todo alemanas, que vendían lo que no hacía falta y no se iba a utilizar. Tanques sin municiones, submarinos sin destino y muchas cosas más, en obscena complacencia entre bancos, industrias y políticos griegos corruptos.

Europa ha recibido un enorme shock que reclama una Europa de los ciudadanos en lugar de una Europa de las finanzas.

Habrá que negociar, pero ahora el próximo gobierno griego tendrá el respaldo de las urnas y los ciudadanos. No será lo mismo en un momento, además, que las decisiones del Banco Central Europeo han dado jaque mate a las políticas de austeridad impuestas por Ángela Mérkel.

El pago de la deuda tiene ahora dos requisitos. Primero, que las políticas que se apliquen permitan la recuperación económicay la salida de la pobreza. Y, en segundo lugar, que permitan recuperar la dignidad democrática y recuperar la confianza que se ha perdido en la Unión Europea.

Lo ocurrido en Grecia ha sido un gesto de coraje que promete ser contagioso. Muchos europeos se van a atrever a desafiar a los organismos de la UE que permiten un directorio alemán aplicado sin ningún recato y sin ningún pudor. Europa ha empezado a orientarse hacia los intereses de los ciudadanos en vez de los intereses de los mercados.

por Carlos Carnicero