La educación afgana es un asunto polémico, el derecho a la educación para las mujeres todavía es algo disputado, mayormente en las regiones rurales. Durante el régimen de los talibanes, las niñas estaban privadas de asistir al colegio, y muchas de ellas que se han atrevido volver a las salas, han sufrido violentas agresiones, como por ejemplo ataques con ácido.
En varias reuniones organizadas por el Instituto para el reporteo de la Guerra y la Paz (IWPR) cientos de personas tuvieron la posibilidad de expresar sus opiniones sobre el sistema de educación afgano. La organización realizó debates en las regiones afganas de Nangarhar, Khost y Kandahar, donde los pueblos expresaron preocupación por la situación de seguridad y el futuro de la educación afgana.
Ustad Zia Gul, un activista de la sociedad civil, expresó que las niñas se ven especialmente afectadas de manera negativa por la violencia y el conflicto sobre la educación en Afganistán.
“Ya no nos sentimos seguros en el pueblo. Cada mañana cuando nuestras hermanas salen de la casa para ir al colegio sus madres rezan para que vuelvan a salvo,” señaló Zia Gul, según IWPR. El activista agregó que en la provincia oriental de Nangarhar, se han quemado colegios, varios estudiantes han fallecido y han resultado heridos.
La violencia ha causado a varias familias negar a las niñas el derecho de ir al colegio, debido a las amenazas de grupos armados en la localidad. Algunos también señalaron que la calidad de educación es muy mala, que muchos estudiantes salen del colegio sin saber leer.
Durante los últimos años, la tasa de niños y niñas que asisten al colegio ha aumentado. Durante el año escolar 2011/2012, unos 7,5 millones de niños estaban en el colegio, al año siguiente la cifra había aumentado en 8,5 millones. De estos niños, un 39% eran niñas.
“Hace diez años yo trabajaba en Afganistán, estableciendo programas de ayuda. Desde entonces se han hecho grandes avances. En 2002, se estima que unos 900,000 niños estaban en el colegio, mientras que las mujeres y niñas estaban casi completamente excluidas de las oportunidades educativas,” expresó el presidente ejecutivo de la organización CARE International UK, Laurie Lee, en un artículo publicado el mes pasado.
En el año 2013, su ONG realizó un sondeo de opinión con más de 2,000 mujeres en tres provincias de Afganistán, según sus resultados, las mujeres encontraron que existe una necesidad de involucrar a niños y hombres de sus comunidades para que las mujeres puedan realizarse en términos de educación.
“Esto es esencial para evitar el contragolpe y mitigar las preocupaciones de los hombres de que las agencias externas están trabajando para socavar su autoridad. Cuando trabajamos para conseguir el apoyo de toda la comunidad, hemos visto a hombres que rompen el molde y se convierten en campeones del apoyo a la educación de las niñas,” destacó Lee.
La educación está relacionada a todas las esferas societales de una comunidad. En zonas de conflicto, el acceso a la educación muchas veces se ve privado. Sin embargo, la educación es vital en el proceso de paz y la reconstrucción de un país, parcialmente debido al hecho de que es una de las piedras claves para la reconciliación de las partes de un conflicto. El fin de un conflicto y el proceso de paz, muchas veces abren la posibilidad de lanzar proyectos para reformas educacionales. Sin embargo, la educación también tiene una enorme responsabilidad en la reconciliación de las comunidades, porque ahí es donde se produce la política de memoria, mediante la historia de la guerra que ha vivido el país.