Su apellido es Rojo, pero irónicamente su taller ubicado en Recoleta, es más apagado por dentro que su apellido, tal vez más tranquilo. Ex alumno del Colegio San Ignacio de El Bosque, luego estudiante de derecho de la Universidad de Chile, Benito Rojo, es uno de los pintores de mayor reconocimiento en Chile. Pronto a cumplir sesenta años, aquí cuenta cómo fue asumir su identidad como artista plástico, justo cuando se acababa de graduar de abogado de la Universidad de Chile, y decide colgar la corbata y agarrar los pinceles.
¿Por qué te diste cuenta que eras pintor y no abogado?
Estas decisiones que parecen que uno las toma muy distante o que son muy frías, tienen que ver mucho con las circunstancias que nos rodea. A mi me toca el año 73, y me toca el golpe militar, independiente de todas las justificaciones que pudo haber tenido, a mi me impresionó mucho cómo mis profesores de derecho, gente que yo admiraba, justificaban lo injustificable, mas allá de que yo apoyaba que se acabará el régimen, y que estuviera de acuerdo que cayera Allende, porque consideraba que el país estaba al borde de una guerra civil, pero por otro lado se me produjo una contradicción muy fuerte con el derecho, y ahí vi una luz (ja, ja), en dirección al arte, como una forma de poder salir de esta estructura un poco falsa, y abrirte a una visión mucho más macro, más interesante, donde había más discusión, más libertades. Pasado algún tiempo, cuando ya estaba egresado de derecho, consideraba que había que ganarse la vida, tenía hijos, ahí es donde se produce un fuerte conflicto interior prácticamente en sentirme enfermo, por querer responder a una cosa que ya no era yo, sino que era un artista, fueron momentos muy difíciles internamente, y siempre lo mantuve calladamente hasta que me decidí por la pintura.
A los 16 años te fuiste solo a Nueva York ¿Como fue eso para un cabro chileno de 16 años?
Fue en enero del 67, en que agarré un barco griego y trabajé de barman, me acuerdo de estar solo con mi maleta, ahí en el canal de Panamá, y me quedé ahí hasta que encontré a alguien que me pudiera ayudar a tomar un avión para llegar a Miami, no tenía plata, pero me las arregle y llegué a Estados Unidos. Yo tenía dieciséis y estaba pasando de todo con la música, los hippies, la revolución estudiantil del 68, el tema de la liberación sexual, el conocimiento de las drogas, y ahí estaba yo justo en la cresta de la ola en ese momento. En ese viaje pinté algunos cuadros, incluso algunas personas me compraban cuadros un poco por ayudarme y esto quedó, en mi inconciente, y este viaje quedo metido dentro de mí, los museos, las experiencias, y ocurre que cuando yo entro a estudiar derecho a la universidad, y paso a ser un buen alumno. Todo lo que había vivido en nueva York, me empezó a aflorar y me di cuenta lo pobre que era nuestro país culturalmente, porque en ese momento Chile era todavía una sociedad patriarcal, extremadamente conservadora, un país provinciano, machista, y toda la capacidad creadora quedaba relegada a cierto sector de la sociedad.
A los 9 años te acercaste a la pintura a través de tu clase de arte en el colegio, dirigida por un importante pintor chileno, Adolfo Couve. ¿Qué recuerdas de tu encuentro con Couve cuando él hacía clases?
Couve era un tipo aterrador, porque era muy neurótico, muy irritable, pero un tipo increíblemente fino y culto. Era irritable, porque los que se portaban mal les llegaba un borrador de pizarrón, o les llegaba una patada. Era un tipo muy carismático, y me impresionó mucho su persona y me impresionó mucho el arte a través de él. Los primeros pasos de la pintura los hice con él, mezclar los colores, el óleo, la tela, cosas pequeñas y en un corto tiempo, pero que fueron muy gravitantes.
¿Qué te interesa explorar ahora en el futuro?
Estoy en una etapa de reflexión, estoy haciendo esculturas, trabajando también con la fotografía, y estoy preparando una exposición en la galería animal para el próximo año. También creo que hay que dejar que fluyan el arte de los jóvenes también, los viejos reflexionan, y aprenden, pero ahora hay otra generación que la está llevando, yo ya estuve con mi generación en ese mismo lugar, y ahora hay otros que tienen la oportunidad de comandar las ideas de un país.
www.benitorojo.com, sitio oficial de Benito Rojo
Por José Torres