Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las autoridades colombianas reanudaron las discusiones de paz en La Habana este lunes. Las discusiones entre las dos partes bélicas del conflicto buscan lograr paz en un conflicto armado que ha devastado partes del país por décadas, manteniendo a la población civil en riesgo entre los grupos armados. Antes de las conversaciones, las FARC señalaron que se oponen a la propuesta presentada por el Gobierno Colombiano, la cual sugiere que lo acordado en los tratos de paz debería ser sujeto a un referendo popular antes de ser ratificado.
“Es necesario decir, que en atención al orden de la Agenda todo tiene su momento y lugar, lo cual no da espacios a soluciones postizas como los referendos con sabor y afanes electorales que escapan a lo ya convenido,” señalaron las FARC en un comunicado. “No nos sentimos aludidos por normas que pretenden invadir las esferas de competencia y decisión de la instancia única de entendimiento que es la Mesa de Diálogos de Paz de La Habana.”
Las negociaciones entre la guerrilla principal de Colombia y los representantes del gobierno comenzaron en el año 2012, tratando de poner fin al conflicto armado que sufre el país. Sin embargo, el portavoz de la guerrilla destacó que las negociaciones se realizarán con optimismo por parte de las FARC, mencionando que buscan ver reconciliación entre las dos partes bélicas.
“Se trata de la continuación del diálogo civilizado entre partes enfrentadas desde hace más de medio siglo,” señaló el combatiente y miembro del Secretariado de las FARC-EP, Joaquín Gómez, el lunes. “Dentro del marco general aludido y con pleno espíritu de reconciliación, reanudamos los diálogos, esperando que se continúe con el cumplimiento de lo acordado en los términos conocidos por el pueblo de Colombia y el mundo entero. El respeto debido a este fundamento, no puede ser descarrilado con fórmulas ajenas al proceso.”
Anteriormente, el gobierno colombiano ha rechazado un acuerdo de paz bilateral, señalando que un trato unilateral es necesario. Recientemente se ha cambiado de opinión, reconociendo que una tregua bilateral es necesaria. La guerrilla ha señalado que esta dispuesta a apoyar movimientos políticos y sociales del país para promover cambios necesarios.
“Es necesario que una inmensa mayoría de colombianos se ponga en pie para hacer saber a la oligarquía gobernante que no está dispuesta a seguir soportando su guerra ni sus crímenes,” Timoleón Jiménez, Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP. “Está bien, estamos dispuestos plenamente a hacer política por vías pacíficas y civilizadas, pero para ello se requiere que los dueños del poder depongan definitivamente su actitud y conductas violentas. De eso se trata en La Habana, y ese cardinal dilema debemos definirlo entre todos.”
Por otro lado, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) propusieron cuatro acuerdos a las FFAA colombianas, entre otros, el ELN señaló al ejército que no debe reprimir “ni torturar a los pobladores para conseguir información sobre la insurgencia” y no acampar tropas en colegios o en otros lugares poblados que ponen la población civil en la línea de fuego. La guerrilla y el gobierno colombiano decidieron en junio el año pasado que iban a iniciar negociaciones de paz, sin embargo, todavía no han comenzado porque las partes no han podido llegar a un acuerdo de la agenda para las conversaciones oficiales.
“Estos son sólo algunos ejemplos de acuerdos que podemos establecer,” señaló Nicolás Rodríguez Bautista del ELN. “Estoy seguro señores militares y policías que la inmensa mayoría de ustedes cumplen misiones por ganar un sueldo y no porque les plazca arriesgar su vida, busquemos acuerdos para evitar derramamiento de sangre y muertes innecesarias en las regiones donde se da la confrontación, mientras llega el cese bilateral de fuego y hostilidades, que anunció el presidente Santos en días pasados.”
Según un informe emitido por el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, el conflicto armado colombiano ha provocado la muerte de cerca de 220,000 personas, entre ellas se estima que más del 80% son civiles. El informe destaca que a marzo del 2013, se había reportado unos 25,007 desaparecidos, 1.754 víctimas de violencia sexual, más de seis mil niños, niñas y adolescentes reclutados por grupos militares y 4,744,046 personas desplazadas.