La tragedia vuelve a estar presente en el fútbol egipcio. Antes de que se celebrara el partido que enfrentó a los clubes Zamalek y Enppi, se produjo un enfrentemiento entre la policía y los aficionados del Zamalek que acabó en tragedia.
Según la información facilitada por Press TV, un grupo de partidarios del Zamalek a los que se les había denegado la entrada al estadio, se agruparon en una de las puertas para intentar acceder a él a pesar de la prohibición. La policía, con el fin de dispersarlos, cometió el gran error de lanzar gases lacrimógenos contra la masa de personas, lo que provocó una estampida brutal que acabó con la vida de, al menos, 30 aficionados.
La mayor parte de las víctimas murieron aplastadas o asfixiadas después de que los gases lacrimógenos lanzados por la policía desencadenaran el pácnico entre los aficionados que trataron de huir del lugar lo más rápido posible, provocando la mortal estampida.
El Ministerio de Interior tras el suceso emitió un comunicado culpando a los seguidores del club Zamalek de todo lo ocurrido, argumentando que ellos estaban tratando de asisitir al partido de la liga sin comprar los billetes. Los aficionados, en cambio, repudian esta versión y culpan de la tragedia a la policía y su fallida maniobra de dipersion con los gases lacrimógenos que provocaron la estampida.
El trágico suceso tuvo lugar horas antes del encuentro entre los clubes Zamelek y Enppi, partido que terminó jugándose. Después, las autoridades egipcias decidieron suspender el campeonato de liga hasta nueva orden. Tras este incidente, se pone en cuestión el levantamiento parcial de la prohibición de las hinchadas en los terrernos de fútbol, restricción que entró en vigor en 2012, después de la tragedia de Port Said en la que murieron 70 personas tras una batalla campal entre aficionados de los clubes que disputaban el partido.