Científicos cuestionan nuevo plan de Japón para matar ballenas

A pesar de haber declarado que acataría el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que en marzo pasado determinó que el programa de caza “científica” de Japón en Antártica es ilegal y sentenció a dicho país a detener estas matanzas, el nacionalista gobierno de Japón presentó en noviembre pasado un nuevo y controversial programa […]

Científicos cuestionan nuevo plan de Japón para matar ballenas

Autor: mauriciomorales

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A pesar de haber declarado que acataría el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que en marzo pasado determinó que el programa de caza “científica” de Japón en Antártica es ilegal y sentenció a dicho país a detener estas matanzas, el nacionalista gobierno de Japón presentó en noviembre pasado un nuevo y controversial programa de investigación letal de ballenas en el océano Austral, conocido como NEWREP-A.
Esta cuestionada propuesta está siendo evaluada desde la semana pasada a puerta cerrada en Tokio (Japón) por un reducido grupo de especialistas en investigación de cetáceos bajo el alero de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Documentos presentados por varios especialistas internacionales para dicha reunión dan cuenta que el nuevo programa de caza “científica” de Japón en el santuario de ballenas del Océano Austral no es más que otro intento de la nación asiática de continuar evadiendo las disposiciones de la CBI, e imponer por la vía de los hechos consumados una política ballenera que forma parte de una estrategia geopolítica de la nación asiática en una región clave del planeta como la Antártica y el Océano Austral.

No Es Necesario Matar Ballenas para Conocer su Edad o Ecología de Alimentación
A pesar que el gobierno de Japón continúa argumentado que la única forma de conocer la edad y hábitos de alimentación de las ballenas es cazándolas, la información y evidencias presentadas por investigadores en Tokio, demuestran que estos datos pueden ser obtenidos de manera más efectiva y menos costosa, mediante metodologías no letales. Es decir, sin necesidad de matar a los ejemplares estudiados.
Por ejemplo, uno de los documentos presentados afirma que la estimación de la edad de las ballenas mediante análisis genéticos ha demostrado ser más preciso y menos sesgado que a través del análisis del tapón de cera del oído de estos mamíferos marinos. Por ello, el autor concluye que la aseveración del gobierno de Japón que es necesario matar ballenas para determinar su edad es “claramente equivocada”.
De manera similar, otro documento es enfático en afirmar que debido al diseño deficiente y falta de información sobre cómo se alcanzarán los objetivos propuestos, el nuevo programa japonés de caza “científica” en Antártica, NEWREP-A, no contribuirá significativamente a reducir la incertidumbre científica respecto a la ecología de alimentación de las ballenas minke antártica.

¿Manipulación de la Ciencia para Imponer Una Política Ballenera Antártica?
Otros autores destacan en un sólido documento que no existen cambios significativos entre los objetivos de NEREWP-A y el programa ballenero JARPA II, el cual fue decretado como ilegal por el máximo órgano judicial internacional en Marzo de 2014.

Los investigadores afirman que los objetivos de NEWREP-A continúan siendo vagos y no juegan un rol importante en la determinación del número de ballenas que serán cazadas anualmente (333 ballenas minke antártica). Agregan que el nuevo programa ballenero japonés tampoco demuestra cómo la captura de estas ballenas servirá para alcanzar los objetivos propuestos por el gobierno de Japón.

Al igual que JARPA y el programa ballenero JARPA II, los especialistas afirman que la cuota anual de caza auto-asignada por el gobierno de Japón no pareciera estar basada en criterios científicos. Este fue uno de los elementos determinantes para que la Corte Internacional de Justicia sentenciara como ilegal a JARPA II en marzo pasado. Al respecto, los investigadores añaden que en consideración al fallo de la Corte y previas evaluaciones de JARPA II bajo la CBI, se habría esperado que el nuevo plan de investigación se enfocara en metodologías no letales, y sólo propusiera capturas letales cuando exista un caso significativo y demostrable que la información reunida mediante la caza de ballenas es «necesaria y no se puede obtener por métodos no letales». Sin embargo, los especialistas son enfáticos en afirmar que éste no es el caso de los objetivos propuestos por NEWREP-A. Por ello concluyen que la continuación de estas matanzas no se justifica bajo parámetros científicos.

Adicionalmente los investigadores cuestionan la revisión de NEWREP-A, toda vez que la documentación presentada en Tokio demuestra que la cuota de caza auto-otorgada por el gobierno japonés es inválida para el primero de los dos únicos objetivos que sustentan la nueva propuesta ballenera japonesa en Antártica. Agregan que el mismo gobierno nipón ha reconocido que no cuenta con fundamentos para justificar la captura de 333 ballenas al año para el segundo de los objetivos planteados en NEWREP-A. Por lo tanto, afirman que la revisión de la propuesta no debería finalizarse hasta que el tamaño de la muestra (o cuota anual de caza de ballenas auto-asignada por el gobierno japonés) sea válidamente demostrada en función de todos los objetivos del nuevo programa ballenero japonés.

Los investigadores son enfáticos en afirmar que tras revisar el mérito científico del nuevo programa de caza “científica” de Japón en Antártica, NEWREP-A, resulta difícil no llegar a la conclusión que el gobierno ha comenzado nuevamente un proceso en el que se establece el método (caza de ballenas), para luego desarrollar una propuesta de investigación “científica” ad hoc que la justifique.

Por ello, los especialistas cuestionan la metodología del nuevo programa ballenero japonés en Antártica, preguntándose ¿qué interrogantes científicas adicionales pueden ser respondidas matando 333 ballenas minke al año, que no hayan podido ser respondidas después de haber cazado 10.000 ballenas de esta especie durante las últimas décadas?

Fuente: Centro de Conservación Cetácea, Centro Ecoceanos, IWC


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