Sebastián Dávalos renunció el viernes a su cargo como director del Area Sociocultural de la Moneda. Mediante una lectura rápida que no pasó inadvertida, escaso contacto visual con la prensa y sin admitir preguntas, declaró que dejaba su puesto en las funciones de «primer damo» y recalcó que no cometió ilícito alguno. Su renuncia generada por el destape de su reunión con Andróniko Luksic para solicitar un préstamo de 6.500 millones en 2013 y la inversión de este en una transacción que le dejó a la sociedad Caval -50% perteneciente a su esposa Natalia Compagnon– 2.500 millones de pesos que el desmiente.
El revuelo que generó este caso, popularmente llamado «Nueragate» movilizó a todo el gobierno de Michelle Bachelet y en voz de los principales ministros, el vocero subrogante José Antonio Gómez y del Interior, Rodrigo Peñailillo no se escatimaron esfuerzos para señalar que el nueragate no se podía comparar con el escándalo Penta y que la responsabilidad era de Dávalos. Además, al final de la semana, tímidas voces de algunos personeros de la Nueva Mayoría se sumaron a las críticas contra el hijo de la Presidenta, pues sin duda el caso salpicó al gobierno, justamente cuando éste recién repuntaba en las encuestas y se veía difícil que la opinión pública desviara su atención de los implicados en el caso Penta.
Este fin de semana, ya con las aguas más calmas, Sebastián Dávalos dio una entrevista al diario de Edwards, donde se refirió a toda la polémica que derivó en su salida del gobierno. Dávalos, acusado de tráfico de influencias, de ocupar su apellido para acceder al millonario préstamo y los vínculos de su madre con Luksic, aseguró que los 2.500 millones que se informó -la empresa Caval habría recibido por la venta de los terrenos en Machalí- no serían la utilidad que Caval finalmente obtendría. «Yo no he ganado ni un peso (…) mi señora tampoco, por lo que estoy diciendo: la empresa Caval va a tener que pagar, seguramente ingenieros, abogados, contadores, oficinas, etc., y después de de todo eso, luego del ejercicio financiero va a poder ver cuánto generó de utilidad, si es que generó» aseguró Dávalos Bachalet. Sobre la reunión con uno de los controladores del Banco de Chile, Andróniko Luksic, señaló: «se gestó en un marco entre privados, durante el gobierno de Sebastián Piñera, en una época en que yo trabajaba en el sector privado como trabajador dependiente de Caval Inversiones, esa es la verdad, la Presidenta no tiene nada que ver con esto y no tiene por qué estar al tanto, ni tiene por qué saber lo que hacen los privados».
En cuanto al tiempo que le tomó hacer la declaración pública, exigida transversalmente en el mundo político, Dávalos se excusó señalando que «estábamos en Caburgua, en un sector bastante aislado y en los dos teléfonos que tengo, en ninguno de los dos, tenía señal». Consultado sobre sus ingresos y cómo vivió los 11 meses que duró su cargo ad honorem en la Moneda, Dávalos señaló que vivió de varias cosas». «El cargo era ad honorem, pero también he tenido carrera académica (…) tenía mis ahorros guardados y si alguien me pregunta si tengo más patrimonio ahora, tengo menos patrimonio que cuando entré al gobierno». Además, aseguró que «Si yo quisiera hacer plata fácil no estaría trabajando en el Estado»
Entre las líneas que leyó el viernes, Dávalos se refirió al daño que esta situación provocó al gobierno y a la mandataria y por ello tomaba la decisión de dar un paso al lado de la segunda administración Bachelet. En la entrevista publicada este domingo, aseguró que «creo que sí les generó un daño y por esa razón yo decidí dar un paso al lado (…) se dijeron muchas mentiras, esa es la verdad, y queda en el aire esta sensación de que hay algo oscuro o ilícito o turbio, pero que nadie es capaz de explicar bien».
Cabe destacar que a pesar de la renuncia de Dávalos, la sensación de la gente en las calles y en redes sociales es de repudio en contra de estos actos que evidencian las injusticias sociales, el abuso de poder, el tráfico de influencias y la estrecha relación entre los empresarios y la política. Sin embargo, la salida del hijo de la Presidenta desde la Moneda podría ser una decisión digna de imitar por parte de todos los involucrados e investigados en el caso Penta que tienen un cargo público, pues además de no inhabilitarse de las votaciones, el escándalo de los financiamientos irregulares de campañas, el fraude al FUT, el caso Penta demostró que esos cheques se pagaban con legislaciones en favor de los empresarios.
El Pentagate no ha sido olvidado e insistiremos en que no pase inadvertido, para que más temprano que tarde, la vergüenza de aquellos políticos los obligue a dar la cara y salir del Congreso.
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