Al presentar su programa de Gobierno ante el Parlamento, Tsipras no solo prometió ayuda inmediata a los principales damnificados por la crisis, sino también anunció una ‘guerra’ al «Ejército de consejeros», como lo formuló él mismo, informa el diario ‘El Mundo‘. El primer ministro griego reducirá en un 30% el personal de su oficina y en un 40% sus escoltas, que pasarán a encargarse de la seguridad de los ciudadanos.
El personal de confianza de los ministros se verá asimismo «drásticamente» reducido. De los 700 coches con que cuenta el Gobierno se venderán 450, incluido uno blindado de alta gama más caro y también uno de los tres aviones que son propiedad del Estado. Parte del dinero recaudado estará destinado al sistema de sanidad pública: concretamente, a reparar 120 ambulancias que actualmente no están siendo usadas.
Por otra parte, la reforma prevé readmitir en sus puestos de trabajo a los empleados del sector público cuyos despidos fueron declarados inconstitucionales por los tribunales. Son 3.928 personas en total, entre limpiadoras ministeriales, profesores de secundaria, guardias escolares y médicos del sistema público de salud.
Asimismo el Ejecutivo de Tsipras prepara también una reforma fiscal a medio plazo. Se prevé que los ciudadanos con ingresos inferiores a los 12.000 euros anuales (en vez de los 5.000 euros de ahora) queden exentos de pagar impuestos. Los impuestos a los más ricos, en cambio, se subirán.
El primer ministro heleno no se limitó a estos anuncios: aseguró que acabaría con el triángulo de intereses formado por los oligarcas, los medios de comunicación y las redes clientelares políticas. Su primera batalla con las mayores fortunas de Grecia acaba de empezar: Tsipras comunicó que las licencias de las nueve televisiones privadas que operan en el país irán de nuevo a concurso.