A comienzos de esta semana, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, declaró que el país tomará medidas de venganza por las decapitaciones de los ciudadanos egipcios el domingo pasado y lanzó una serie de ataques aéreos contra blancos en Libia, presuntamente sitios donde se encuentran milicianos de la rama libia del grupo armado Daesh (ISIS). Durante el martes, Egipto señaló que quiere ver una resolución sobre una intervención militar en Libia. El presidente del país destacó que “la misión no se ha terminado” para los países que intervinieron militarmente en Libia durante el año 2011, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) junto con otros países como los Emiratos Árabes Unidos llevaron a cabo una operación para derrocar el entonces líder del país Muammar Gaddafi.
El enviado especial de las Naciones Unidas para Libia, Bernardino León, señaló el martes en una entrevista con el canal de radio español “La Cadena SER”, que la situación en Libia aún es solucionable a pesar de que la situación está empeorando.
“Todavía hay una posibilidad de estabilizar el país, aunque tenemos en contra muchos aspectos: económicos, políticos y de seguridad,” declaró el representante de la ONU. “Lo importante ahora es que haya coordinación internacional y que la preocupación se convierta en un impulso.”
Durante la reunión que se celebrará hoy en el Consejo de Seguridad, los miembros del órgano de la ONU discutirán la crisis y un eventual mandato para una intervención militar en el país, presuntamente contra la rama libia del grupo armado Daesh, un conjunto de combatientes que controla territorios en Irak y Siria. Sin embargo, la guerra en Libia es una composición compleja de milicias y grupos armados a lo largo del país que luchan por poder y territorio. El enviado especial de la ONU subrayó que si se lleva a cabo una intervención, no se puede dejar el país y el pueblo libio en caos y desorden.
“Todos compartimos que una intervención militar no acordada con los principales actores libios genera una incertidumbre, unos riesgos importantes y habrá que valorarlos pero, si se empeñan en prolongar la guerra civil tendremos que tomar medidas que serán difíciles. No se puede dejar el país sumido en el caos con el riego que lleva también para sus vecinos,” expresó Bernardino León, afirmando que “La situación económica está al límite, también lo está la seguridad.”