¿Somos amigos o no somos amigos?: Las críticas desde RN y Evópoli a la UDI

¿Cómo fue que de "unidos por ti" pasaron a pedir que los Penta-involucrados renuncien porque el caso salpica a toda la Alianza? ¿Son tan "amiguis" como dicen ser los socios políticos de RN, Evópoli y la UDI? Estas preguntas nacen de la ola de criticas al partido gremialista desde sus vecinos políticos, con los mismos que a fines de enero, anunciaban una nueva coalición de derecha bajo el lema "unidos por ti".

¿Somos amigos o no somos amigos?: Las críticas desde RN y Evópoli a la UDI

Autor: Jimena Colombo

¿Somos amigos o no somos amigos?

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Se dice que uno conoce a los amigos en los momentos difíciles, que en la adversidad uno se da cuenta quién está de nuestra parte… y me da la impresión que dado la lluvia de críticas desde RN y Evópoli hacia la UDI, los penta-involucrados se deben estar cuestionando que tan amigos son sus vecinos.

La última semana de enero, la Alianza anunciaba con bombos y platillos una nueva coalición de derecha que aunaría las fuerzas de la UDI, RN y Evópoli. Una  estrategia que  consideraba también una invitación a través de redes sociales a nombrar a la nueva coalición -idea que por cierto fue completamente aplastada por los usuarios-. Todo ello para intentar tapar el escándalo que aún está en desarrollo, la investigación más sucia que ha tenido a la UDI  a punto de hundirse, el caso Penta. Investigación tras la cual pudimos conocer los antecedentes e implicados en este caso de financiamientos irregulares a campañas electorales, que  ha derivado en todo un cuestionamiento a la clase política en general y que nos ha hecho preguntarnos ¿De qué forma se devuelven esos millonarios favores? Pregunta ante la cual obtenemos sólo una respuesta: con legislaciones en favor de los intereses de los poderosos.

La famosa nueva coalición que ya tenía como lema “unidos por ti” ha quedado en nada, por lo menos en lo concreto lo único que hemos visto son las discrepancias al interior de la Alianza y el descontento en los sectores que ven como el caso Penta los salpica a todos por igual. Desde ayer, recogimos las impresiones emanadas desde Renovación Nacional y Evópoli. Por ejemplo,  las declaraciones del diputado RN, Francisco Chahuán quien señaló que la UDI debería tomar medidas para dar una buena impresión a la ciudadanía. De Nicolás Monckeberg, quien señaló que la UDI debe hacer algo lo antes posible e incluso hay quienes señalan que deberían congelarse las militancias de los involucrados. Luis Mayol y José Manuel Edwards han apuntado a que los gremialistas deben hacer algo pronto porque el escándalo afecta a toda la derecha. Declaraciones que se suman a las presiones hacia la UDI para que resuelva a la brevedad la militancia de los involucrados en el escándalo o tomen una decisión más tajante y den cara a la situación. Desde Evópoli, Jorge Saint Jean aseguró que deben dar la cara y hacer cuentas claras ante la ciudadanía.

Sin embargo, desde la tienda gremialista, su presidente Ernesto Silva, recién reincorporado a sus labores como timonel de la UDI, pidió respeto a sus aliados y subrayó que ellos no se meten en las decisiones internas de los otros partidos. Además, sostuvo su estrategia de esperar la resolución de la justicia y señaló que “son los tribunales de justicia los que van a determinar si hay una responsabilidad que se deba asumir”.

La actitud de Silva y la postura que defiende tiene molestos a sus socios políticos. RN y Evópoli se quieren desmarcar de estos casos que han llevado a la coalición de derecha a la pésima y bajísima evaluación en la última encuesta, donde se demostró cuánto los golpeó el Pentagate. Por ello, si quieren conservar esa “amistad” política que los hizo anunciar una unión potente de cara a las elecciones de 2018, deberían escuchar las críticas y sacar de sus listas a los Penta-involucrados. De lo contrario, sólo están evidenciando que a la hora de la verdad, no son tan amiguis como dicen.

 

Nueragate v/s Pentagate

Ayer, en la nota Penta-involucrados, la renuncia pendiente, hicimos la diferencia entre la oposición y el Gobierno. En cómo este último ha tenido un manejo comunicacional que los ha hecho sacar la cara desde que estalló el caso Nueragate y que los empujó a sacar del Gobierno al principal protagonista de la polémica, Sebastián Dávalos. Además, de cómo inmediatamente a su regreso de vacaciones la misma Presidenta Michelle Bachelet enfrentó las cámaras e incluso las preguntas de la prensa para intentar dar por zanjada la polémica.

Cabe recordar que al conocerse la vinculación de Iván Moreira, dirigente de la UDI, el partido le quitó los logos tras su espalda y lo dejó solo dando una declaración lastimera donde el tipo no hizo más que argumentar sus faltas y pedir disculpas por el lenguaje que uso en el correo donde pedía plata, todo eso del “raspado de olla”. Pero de inhabilitarse, de dar un paso al costado o dejar el escaño en el Senado, nada. Qué decir de la «carismática» Ena Von Baer, quien estuvo desaparecida una semana, incluso de sus tareas en el Senado en los días que se discutía la Reforma Educacional y que sólo apareció para leer un comunicado que la dejó peor parada pues dijo que todo había sido “un error involuntario”. Luego están los mandos altos, Jovino Novoa y Ernesto Silva, quienes han tratado de estar por encima del caso, el primero intentando la jugarreta de ser investigado en otro tribunal y el segundo asegurando que sus correos con el controlador de Penta no demuestran nada, eso por citar algunos ejemplos. A pesar de todo ello, se esfuerzan día tras día en hacerle la guerra al Gobierno, en empujar la idea que el Nueragate es peor que el Pentagate, empatando y zumbando en el oído, con protestas en lancha, acusaciones en tribunales, exigiendo transparencia e interponiendo denuncias.

Sin embargo, lejos de empatar ambos casos que sólo nos han hecho desconfiar aún más de la elite dirigente, cabe señalar que estos se diferencian por una parte en el manejo comunicacional y se asemejan en la forma en que evidencian el abuso de poder, la corrupción, el tráfico de influencias y finalmente el estrecho nexo entre la política y los empresarios. Tanto  los Dávalos y los Penta-involucrados tienen o tuvieron un lugar en el poder, en el Congreso y en la Moneda, y para devolver los favores debieron actuar en beneficio de los intereses de sus mecenas. La diferencia está en cómo Dávalos dio un paso al lado y cómo los de la UDI siguen mamando de la tetita fiscal aun cuando les conocemos los colmillos afilados con los que asaltan al pueblo que los elige y sostienen una postura de innegables que sólo en dictadura pudieron tener. Señores UDI hagan caso a sus amigos de RN y Evópoli, saquen a los Penta-involucrados de sus filas, el pueblo está atento.


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