Nada menos que Joseph Ratzin ger, más conocido como el Papa Benedicto XVI, otorgó su bendición en el Vaticano al proyecto que evitará el cierre del convento e iglesia San Francisco de Valdivia que está entre las calles Yerbas Buenas y Pérez Rosales.
Esto significa que el Sumo Pontífice está a favor de la iniciativa elaborada por la “Asociación de amigos de San Francisco”, y que consiste en fortalecer e implementar múltiples iniciativas como mantener y ampliar el hogar estudiantil –que funciona en el antiguo Seminario Mayor-; fortalecer el comedor de indigentes y estudiantes de bajos recursos; establecer un sistema de padrinazgo con el que canalizarían recursos para los padres capuchinos; reactivar el viejo vivero; e invertir en la iglesia.
Con estas acciones la agrupación busca convertir al centro San Francisco en el corazón humano de la ciudad del Calle Calle. Anhelo que estuvo en vilo, ya que la decisión de cerrar el convento se tomó el 1 de septiembre de este año, entre el superior capuchino de ese entonces, Carlos Huenupi y el obispo de Villarrica, Sixto Parzinger, quienes argumentaron que la decisión se basaba exclusivamente a una readecuación de la orden y a la avanzada edad de los 5 padres capuchinos que trabajan en el convento.
Lo cierto es que la comunidad valdiviana reaccionó golpeando la mesa en defensa del monasterio. Así, se formó la Asociación, cuyo primer cometido fue reunir la mayor cantidad de firmas de apoyo de la ciudadanía. El resultado fue el respaldo de 15 mil personas –católicos y no católicos- que se inscribieron y comprometieron a donar un mínimo de 500 pesos mensuales, piso que asegura al Centro San Francisco 7 millones 500 mil pesos mensuales y que anualmente significan 90 millones de pesos.
Ante tal situación el superior del convento capuchino, Elmar Boos, se mostró sorprendido del “despertar valdiviano”. El padre es originario de la ciudad alemana de München, cuna que es la misma de Benedicto XVI, quien también pertenece a la orden capuchina.
Boos se llenó de alegría al saber del acto del Papa. “El Papa ya bendijo el proyecto, lo que es una gran cosa. Benedicto XVI está a favor de la iniciativa”, sostiene y añade que el proyecto fue enviado a Ratzinger como regalo de Pascua.
El padre explicó que la acción del pontífice no significa que el proyecto sea viable o correcto técnicamente, sino que expresó la aprobación de la idea. ¡Vaya espaldarazo!
Además, afirma que el éxito del plan depende exclusivamente de los valdivianos, ya que sin el apoyo ciudadano es imposible.
Por su parte, Gertraud Foidl, miembro de la “Asociación de Amigos de San Francisco” aseguró que “en estos momentos el proyecto está en manos de Benedicto XVI y lo recibió como iniciativa pionera para evitar la tristeza que inundó a Panguipulli por el cierre del convento capuchino”.
Explicó que se envió una carta redactada en alemán con la descripción del plan ajustado a los principios de San Francisco y su aplicación en el siglo XXI.
“El senador Valdés fue a hablar con el Superior General (autoridad máxima de la orden capuchina) en Roma y le hizo saber que el provincial de Chile había decretado el cierre del convento valdiviano y con él se llevó las 15 mil firmas. Luego le enviamos el proyecto al Papa”, manifiesta Foidl.
Mientras tanto hubo cambios en la jefatura de los capuchinos en Chile, el padre Huenupi cedió el cargo a Miguel Ángel Ariz. Este último -según Boos- está a favor de que se mantenga el convento.
Desde 1896 los capuchinos han estado en Valdivia y han participado en todo lo que se refiere al factor humano, visitando a los enfermos, y se han convertido no sólo en patrimonio histórico, sino sobre todo en patrimonio humano espiritual.
EL PROYECTO
El nuevo centro San Francisco se autofinanciará desde el comienzo y pretende ser el corazón humano de Valdivia. Hay muchos jóvenes que están interesados en esta iniciativa, así como empresas valdivianas que han manifestado su interés de colaborar en la remodelación y construcción del nuevo centro.
Gertraud Foidl reconoce que el Obispo de Villarrica, tuvo la idea de hacer un hogar estudiantil durante este año, ya que es una manera de ofrecer habitaciones de buena calidad a estudiantes y por otro lado es un canal de financiamiento para mantener el convento.
“Queremos continuar con el hogar y ampliarlo para 50 estudiantes con piezas individuales de inmejorable calidad y, si es posible, buscar alumnos de carreras en las cuales se preparan para posteriores compromisos humanos”, asegura Gertraud.
Además está la iglesia que todo el mundo conoce que necesita mejoras, hay un convento donde residen los padres. Hay un comedor de indigentes que a la vez sirve para estudiantes de bajos recursos que es subvencionado por la Universidad Austral de Chile (UACH), en cuyas mesas han almorzado miles de estudiantes de la UACH, ya que funciona hace 15 años.
“Pensamos en que los supermercados grandes colaboren con especies al comedor. Si alguno dona mercadería, se mencionará en la entrada ‘gracias a X supermercado’. La idea es que todos los empresarios se involucren en la iniciativa”, indica Foidl.
También el proyecto implica reactivar un vivero. “San Francisco era tan amante de la naturaleza que pensamos iniciar las actividades de un vivero que incluirá plantas medicinales y culinarias. Pero, esto será a partir de mediados del 2006.
Cualquier idea incluye sueños. Para los “Amigos de la iglesia San Francisco” una de éstas quimeras es implementar los talleres de aprendizaje que alguna vez tuvo el convento.
“La iniciativa involucra crear talleres de aprendizaje para jóvenes de bajos recursos y en riesgo delictivo. En las clases se enseñarán trabajos prácticos, por ejemplo, formar buenos carpinteros. El objetivo es que después que salgan de aquí puedan sobrevivir realizando alguna actividad específica”, dijo Gertraud, quien agrega que éstas ilusiones dependen exclusivamente de la respuesta de los valdivianos.
bienes raíces y al Servicio de Impuestos Internos y me dijeron que mucha gente había pasado recopilando antecedentes sobre la propiedad. Un funcionario me dijo: tienes que apurarte porque hay un estudio para poner un mall y un hotel”, dijo la fuente que prefirió mantener en reserva su identidad.
Agrega que cuando organizaron el cabildo abierto para decidir que acciones tomar para evitar el cierre del convento, invitaron a todas las autoridades (municipales, políticas, entre otras) y
“no se presentó nadie, sólo la gente”.
Además, señala que los altos dignatarios de la Iglesia les tienen miedo, porque si se involucraban más feligreses a favor de la iniciativa, podían asomar peligros de intervención directa de la ciudadanía a favor de los capuchinos, como tomarse el convento.
La fuente anónima señala que le planteó directamente al obispo valdiviano su malestar, porque no mostraba ningún signo de solidaridad o por lo menos un gesto con los capuchinos.
“Esta no es cualquier iglesia –sin mirar en menos a las demás- tiene su historia en Valdivia. Si él es la máxima autoridad eclesiástica a nivel local, es nuestro obispo que esperamos del resto”, manifestó.
Añadió que sabía que “el obispo Ducasse mintió al decir –a un medio escrito local- que no se le ocurría para que podía servir el recinto religioso, porque hace un año que había hecho un estudio a la propiedad”, dijo.
No obstante, el padre Boos subraya que la autoridad eclesiástica nunca estuvo a favor del cierre del convento.
“El obispo es reservado. Él no quería que dejemos el convento, pero respeta la autoridad de Dios. El no dijo que quería que el convento se fuera, no obstante, tampoco dijo estar a favor de que nos vayamos. Es decir no fue negativo”, aclara el capuchino.
Uno de los puntos desfavorables para el monasterio es que no se realizan actividades parroquiales, vale decir, no hay confirmaciones, primeras comuniones, bautizos o matrimonios. Esto emana de una ley de 1909 que dice que los Capuchinos son misioneros, no realizan labores parroquiales.
“Pero aparte de esas actividades hay muchas otras que hacer con la comunidad, con los niños, estudiantes o ancianos que las parroquias no tienen tiempo de realizar y con esas acciones una iglesia gana mucha vida”, explica Boos y añade “aquí se pudiera declarar toda la vida parroquial, igualmente en dependencia de la catedral. Como sucursal”.
Reconoce que se puede hacer y que depende exclusivamente del obispo declarar a la iglesia San Francisco como parroquia.
“Hay fieles de esta iglesia que han querido casarse aquí, pero no han podido. Es el caso de un auxiliar del convento, que trabajó por 7 años sirviendo a la iglesia no pudo contraer matrimonio en la iglesia que trabajo. Eso es un poco duro. Es cierto que está dentro del marco de la ley, pero pueden otorgarse permisos”, sugiere el prelado.
LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES FUE CLAVE
Cuando se supo la noticia del cierre del convento despertó Valdivia, prueba de esto son las firmas recolectadas por la organización. Uno de los entes claves fue la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral (FEUACH). Sólo ellos juntaron 4 mil de las 15 mil firmas.
“Los estudiantes se preocuparon por el eventual cierre del convento. Por el comedor han pasado miles de alumnos que hoy están trabajando y que se pusieron la mano en el corazón y nos están ayudando”, señala la fuente.
Y pusieron el grito en el cielo. Claro, pues la clausura implicaba cerrar el comedor y el recién establecido hogar, donde los estudiantes universitarios se alimentan y descansan.
Los universitarios están empeñados en evitar le cierre del centro conventual, ya que según declaraciones de los voceros del movimiento el cierre perjudica a muchos valdivianos que quedarían sin el amparo de la orden religiosa más antigua de la ciudad de los ríos.
EL VIEJITO PASCUERO CAPUCHINO
En el convento habita uno de los personajes más queridos en Valdivia. Se trata del padre Isidoro Schwamm, de 92 años, quien es considerado por muchos el hombre más santo de la ciudad.
Solemos verlo por nuestras calles con su hábito pardo y sus pies calzados con sandalias a pesar del frío. Aquel viejito de larga barba blanca que los niños confunden con el viejo pascuero, no se irá si la comunidad apoya el sueño capuchino.
Gertraud Foidl alienta a los valdivianos para que firmen y se comprometan con los 500 pesos mensuales. El plazo para apoyar al sueño capuchino vence el 30 de diciembre y pueden hacerlo en Yerbas Buenas 181 de lunes a viernes desde las 16 a 19.30 horas y después de cada misa.
Finalmente el padre Elmar precisó que tiene una gran esperanza y sueña que el proyecto se va a realizar para que el convento tenga vida.
“Que tengan confianza, estoy muy agradecido y sorprendido del despertar valdiviano. Tengan seguridad de que nos se les va a defraudar. Vamos a informar oportunamente de qué se trata el proyecto en detalle. Me siento muy feliz de vivir aquí”.
Mauricio San Cristóbal