Descubren momia dentro de una estatua budista antigua

Se reveló una sorpresa de una estatua china: dentro se encontraban los restos momificados de un monje que vivió hace unos 1,000 años.

La momia puede haber sido un monje budista altamente respetado que, después de su muerte, fue adorado como un ser ilustrado, alguien que ayudó a los vivos para terminar su ciclo de sufrimiento y muerte, señaló Vincent van Vilsteren, un curador de arqueología en el Museo de Drents, Holanda, donde la estatua (con la momia dentro) se encontraba en una exposición el año pasado.

El secreto oculto dentro de la estatua pintada con oro, fue descubierto cuando los conservacionistas comenzaron a restaurar la estatua hace muchos años. Sin embargo, los restos del ser humano no han sido estudiados en detalle hasta que los investigadores escanearon y sacaron muestras de tejido de la momia el año pasado.

Cuando un conservacionista de un dueño anterior de la estatua iba a sacar la plataforma del artefacto, notó como había un texto en chino entre las rodillas de la estatua, cuando él removió una parte que cubría el texto, se descubrió los restos del ser humano dentro de la estatua.

“El miró directo hacia dentro de este monje,” destacó Van Vilsteren. “Se puede ver huesos y tejidos de piel.”

Actualmente se muestra la misteriosa estatua en el Museo Nacional de Historia Natural en Budapest, Hungría. La estatua de papier-mâché, la cual tiene aproximadamente las dimensiones de una persona sentada, tiene una historia turbia. Probablemente se encontraba en un monasterio al sureste de China por siglos, puede haber sido objeto de tráfico en el país durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, un periodo de agitación social cuando muchas de las instituciones culturales, presuntamente pertenecientes a la clase burguesa, fueron atacadas.

En algunos casos, los monjes ancianos se dejaron a sí mismos morir de hambre para eliminar grasas y líquidos, sustancias que promueven el decaimiento, según la publicación “Budistas vivos: Los monjes auto-momificados de Yamagata, Japón”. Una vez que los monjes estaban cerca de la muerte, eran enterrados con solo un tubo para respirar, para que pudieran meditar hasta la muerte.

“Existen registros históricos de monjes envejeciendo que han realizado esta práctica,” señaló van Vilsteren. “Pero si este es el caso para este monje todavía no se sabe.”

Fuente: LiveScience