Una investigación publicada en la Edición Nº 162 de El Ciudadano revela el nombre de un informante del servicio de inteligencia Mossad que imponía órdenes al ex director de la PDI, Nelson Mery, desde la embajada de Israel en Chile.
Un documento dirigido a la autoridad policial en febrero de 1993 solicitó, de forma perentoria, que durante la visita del ministro de Relaciones Exteriores de Irán de esa época, se tratara de “seguir sus movimientos y los de su comitiva para luego informar al respecto”.
La misiva fue tramitada por el ex agente de la DINA, Daniel Cancino Varas – actualmente prófugo de la justicia por su responsabilidad en el secuestro del mirista Carlos Guerrero Gutiérrez – quien la derivó a la Brigada de Organizaciones Criminales (BIOC) “Bulnes” para su pronto cumplimiento.
Los funcionarios de esta brigada, sin embargo, optaron por no acatar las órdenes de la Jefatura de Inteligencia Nacional en vista de que vulneraban la inmunidad diplomática de los funcionarios extranjeros.