Cuando parecía saberse casi todo de Salvador Allende, su nieta Marcia Tambutti da un golpe sobre la mesa. Su aportación es el resultado de un trabajo de siete años en el que rascó en la memoria familiar para encontrar la parte humana del ex presidente chileno y plasmarla en el documental “Allende, mi abuelo Allende”.
“Aunque mi familia se dedicó a difundir por el mundo la violación de los derechos humanos en Chile y el pensamiento político de Salvador Allende, lo paradójico es que en casa nadie hablaba de él”, dice Marcia Tambutti Allende (1971), en entrevista con la agencia en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Después del golpe militar en 1973, su familia se exilió en México. “Aprendí a hablar en este país”, dice. Y cuando se cumplieron 35 años de la toma del poder por parte de Augusto Pinochet, “regresé a Chile con ganas de desenterrar el recuerdo de mi abuelo, pero que yo estuviera lista para hablar no significaba que mi familia también lo estuviera”.
La película “Allende, mi abuelo Allende” formaba parte del programa del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Sin embargo, previo al inicio, los organizadores anunciaron la cancelación del estreno mundial porque la edición del film aún no había sido concluida.
Tambutti no canceló su visita. Asistió al auditorio Salvador Allende, de la Universidad de Guadalajara, para participar en la tarde del martes en una mesa en la que se recordó el 25 aniversario de la reanudación de las relaciones entre México-Chile y al final proyectó unos minutos de su filme.
“¿Usted se imaginó cómo sería su vida con el abuelo cuando se casó?”, le pregunta a Hortensia Bussi mientras en la pantalla se ve una fotografía de “Chicho”, el apodo del presidente (1908-1973). La abuela refunfuña.
“Era una familia que sólo hablaba de política, descubrí que ni mi abuelo les habló de sus padres. Tuve que romper muchas inercias porque nos tocó vivir un pasado trágico”, señala.
Los niños chilenos en el exilio tenían una mirada inocente de lo que era la otra patria, según recuerda Tambutti. En las reuniones familiares veían cantar a los adultos con el puño en alto: Venceremos. “Y yo decía, ¡pero si ya nos vencieron!”.
Ella es bióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México. Pero cambió radicalmente su vida en la búsqueda de la identidad familiar y para recuperar su relación con su país de nacimiento, Chile, adonde se fue a vivir en 2008.
Los principales obstáculos fueron dos: en el golpe militar se perdieron gran parte de las pertenencias, como los álbumes fotográficos, y por otra parte encontró la negativa de su familia a hurgar en los recuerdos.
“Es una historia muy íntima. Normalmente nadie quiere exponer los temas que le duelen, y asociado a la muerte de mi abuelo hay otras muertes, infidelidades”, afirma. Como las relaciones extramaritales de Allende o el suicidio de Gonzalo Meza Allende, hermano de Marcia Tambutti, mientras ella hacía la investigación para la película.
“Yo le pregunto a mamá, ¿qué viviste el 11 de septiembre? La confronto desde una perspectiva generacional y personal. ¿Que no pensaron en nosotros, que éramos bebés? ¡Te pudieron haber matado! Esas cosas de alguna manera iluminan un poco un proceso histórico. Siempre está la parte histórica por el tema y el personaje, pero desde un punto de vista íntimo y familiar”. Su madre es la senadora Isabel Allende.
Rasgos familiares del político
La directora de la película no sólo buscó rasgos de la personalidad de su abuelo -“mi mamá dice que fue un padre muy presente. Era un tipo con mucha chispa, entretenido, muy cálido que iba a comer a la casa todos los días-, no se conformó con buscar fotos para conocerlo físicamente (hay una imagen donde el presidente está con un gorro en la cabeza en medio de niños en una fiesta), sino que también pregunta sobre sucesos escondidos por años en el armario.
En la película a veces está detrás de la cámara, en otras aparece su voz como narradora y luego se pone al frente como una manera de involucrarse más en la historia. Finalmente la búsqueda es de su abuelo y también de su propia identidad.
¿Cómo fue su búsqueda? “Fue transformadora, sobre todo para mí. Y es representativa de una generación de chilenos. Hay varias películas de personas de mi edad, hijos de exiliados, de desaparecidos, que como yo sufrimos las consecuencias del golpe de Estado y del camino tan raro que tomaron nuestros padres. Hay generaciones que están buscando una respuesta desde un punto más personal, ya no tan político”.
“Allende, mi abuelo Allende” llegará a las salas de cine chilenas en los primeros días de septiembre, cuando se cumpla un aniversario más del golpe de Estado y de la muerte de un hombre cuya historia se sigue escribiendo.
Fuente: DPA