Frente a la reciente Orden Ejecutiva firmada por el Presidente estadounidense Barack Obama en la que declara que Venezuela es una «amenaza extraordinaria e inusual» para la seguridad nacional” de Estados Unidos, el movimiento Convergencia de Izquierdas declaró que la insólita declaración del presidente Barak Obama que señala a Venezuela como una “amenaza extraordinaria” para la seguridad nacional de los EE.UU., acompañada de sanciones para altos funcionarios del gobierno venezolano, debe motivar el más completo rechazo por parte de todos los sectores democráticos de Latinoamérica. Estas medidas, dice, constituyen un paso más en la campaña de desestabilización política y económica emprendida contra el régimen bolivariano y son probablemente el anuncio de un peligroso incremento del intervencionismo estadounidense en nuestra región.
En un comunicado declara que la acción norteamericana se suma a otras emprendidas para apoyar a fuerzas opositoras internas, que han conspirado para desestabilizar el país mediante una estrategia de desgaste, similar a la que fue aplicada en Chile durante el gobierno de la Unidad Popular, también con la activa intervención del gobierno de Richard Nixon. Consideramos que la democracia y el Estado de Derecho constituyen el único camino para resolver las diferencias internas y condenamos categóricamente a quienes usan e incitan la violencia con fines políticos, tanto dentro de Venezuela como desde los Estados Unidos.
Agrega que la declaración de “emergencia nacional” de Barak Obama contra el gobierno de Venezuela es la antesala para solicitar al Congreso de ese país atribuciones especiales para iniciar sus tristemente célebres incursiones belicistas, teniendo como escenario una región que mucho ha sufrido para encontrar los caminos de la paz. Baste recordar que medidas similares fueron adoptadas en los años ochenta contra el gobierno nicaragüense con el fin de apoyar a las fuerzas insurgentes durante la guerra civil, y contra Panamá, lo que terminó con la invasión de ese país en 1988.
“La agresiva campaña de EEUU contra Venezuela constituye una grave amenaza para la paz de nuestra región y exige una respuesta contundente de parte de los gobiernos de todo el continente y en particular de las repúblicas soberanas de América del Sur. Desde ya condenamos enérgicamente a los que en Chile guardan silencio cómplice frente a este acto contra Latinoamérica. Exigimos del gobierno de Chile una inmediata condena a la declaración de Obama, y llevar este caso de agresión a UNASUR”, finaliza el comunicado.