Este fin de semana, a través del poder judicial, la ciudadanía tuvo un nuevo triunfo en materia de igualdad social. Esto, porque la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, integrada por Juan Escobar, Alfredo Pfeiffer, y el abogado integrante Mauricio Decap, decidió confirmar la medida cautelar para los controladores de Penta, Carlos Délano y Carlos Eugenio Lavín. También quedaron en detención Pablo Wagner, ex subsecretario de minería durante el gobierno de Sebastián Piñera; y el ex fiscalizador del Servicio de Impuestos Internos, Iván Álvarez.
En los casos de Hugo Bravo y Marcos Castro, el juez Juan Escobar señaló que la medida cautelar fuera revocada y la medida se cambió, quedando ambos con arresto domiciliario total y arraigo nacional. Esta determinación se tomó, considerando la colaboración a la justicia que prestaron ambos personajes.
Finalmente, respecto de la situación de Juan Martínez y Manuel Antonio Tocornal, ambos con arresto domiciliario total y arraigo nacional, a pesar de las apelaciones de sus abogados, el tribunal de alzada decidió mantener las medidas cautelares.
En el caso de Bravo y Castro, ambos abandonaron, mediante el transcurso de la tarde, el anexo penitenciario de Capitán Yáber, lugar donde permanecieron recluidos durante siete días, luego de ser formalizados por Caso Penta.
Hugo Bravo, quien sufrió una descompensación luego de enterarse de la orden del tribunal y que permaneció su breve estadía en el hospital penitenciario, salió caminando del recinto y en la compañía de su abogada, Catherine Lathrop. Razón por la que será evaluada la posibilidad de pedir un traslado hacia una clínica, en el caso de que su estado de salud lo requiera.
Sin duda queda mucho por investigar y, como se viene el escenario, al parecer, nuestra política se verá mermada en un 45% al menos, si se siguen investigando aristas como las de Soquimich, Ripley, Alsacia (Transantiago) y Corpbanca (Banco de Álvaro Saieh Bendeck). Esto sin considerar que no se ha investigado la posibilidad de que las empresas de otras familias dueñas de Chile, como los Matte, Angelini, Yarur o Paulmann, hayan financiado a la política o eventualmente estén sosteniendo malas prácticas en materia tributaria (por qué no pensarlo). Sin embargo, sabemos que la justicia en nuestro país es inmensamente elitista. Es muy castigadora con la gente pobre y sobre todo con la clase media; sin embargo nunca habíamos visto que grandes controladores de grupos económicos, entraran por la puerta principal a comparecer frente a los tribunales, y menos, que se quedaran “una temporada en el infierno”.
Nos encontramos, al fin, en un momento histórico de crisis entre la institucionalidad y la ciudadanía y el poder tiene que hacer lo necesario para que la ciudadanía les devuelva el poder, la legitimidad y la confianza. Para ello, al fin tienen que cumplir con sus funciones porque estamos todos atentos y eso implica, necesariamente que las instituciones tienen que funcionar como corresponde.
Aquí, el rol crítico de los medios de comunicación es clave, como lo es también la participación de la gente, ya sea a través de las redes sociales, de la manifestación popular y de los comentarios en las noticias, sobre todo en estos tiempos en los que la democratización del botón “publicar” nos ha abierto una puerta de participación efectiva en la política.
Este fin de semana, pasó algo realmente importante. Un antecedente de que las cosas en Chile están cambiando y eso es un triunfo. Y hay que seguir agudizando el ojo, para que este espíritu de justicia no decaiga.
En Twitter: @AngelaBarraza