Encuesta Cadem: Rotundo 88% NO está satisfecho con el sistema político y la mayoría tampoco cree en el sistema judicial

Lo primero que salta a la vista en esta encuesta es la mala salud de la reputación de la Presidenta respecto de su gestión. La desaprobación alcanza un 58% v/s el 33% de aprobación que le dan los ciudadanos. A esta misma fecha, el año anterior, su aprobación era de un 52%, mientras que el rechazo a su gestión alcanzaba apenas el 20%.

Hay que considerar que el 6 de febrero, la opinión de la gente estaba completamente dividida. Era un 44% de desaprobación y un 42% de aprobación, pero la brecha comenzó a abrirse negativamente para la presidenta a partir del 13 de febrero en adelante, alcanzando su pick histórico en estas fechas. Hay que considerar que el destape de Caso Nueragate, más tarde bautizado por el poder judicial como “Caso Caval” ocurrió el día 9 de febrero.

Lamentablemente para la Nueva Mayoría, esta desaprobación al parecer se extendió al gabinete, cuya aprobación también está por los suelos.

Sin embargo, quien gana por goleada en materia de desaprobación, es el sistema político en su totalidad. Ante la pregunta ¿Cuál es su nivel de satisfacción con la forma como el sistema político está funcionando? La respuesta es brutal y conmovedora. La desaprobación alcanza a un 88%. Pero esta disconformidad social no es nada reciente, ya que en noviembre de 2014 la desaprobación ya no era nada auspiciosa. Contaban con un 75% de desaprobación. O sea, el síntoma de la crisis entre la institucionalidad y la ciudadanía ya se veía venir.

Uno de los datos que, quizás más llama la atención y que es más auspiciosa de toda esta encuesta, es que un 88% de los encuestados está de acuerdo en que a un parlamentario que se le descubre alguna irregularidad o delito, debe perder su cargo; que se tiene que limitar la reelección de senadores y diputados; y que el voto debe mantenerse como voluntario.

Para contrarestar el sentimiento de felicidad anterior, por la conciencia de la gente respecto de la percepción del parlamento, está la desinformación en la que se encuentra. Un 49% de los encuestados, no tiene idea de que la presidenta nombró una comisión asesora para regular la relación incestuosa entre la política y los negocios.

Si la gente no se entera, no hay establecimiento de juicio crítico.

Ahora, tenemos otro escenario poco auspicioso y es que, de la población que si está informada, y que corresponde a igual porcentaje de gente que no (49%), son más hombres que mujeres, la mayoría es de más de 50 años de edad y pertenecen al sector socioeconómico alto.

Hablando de expectativas, otro dato que confirma la deslegitimidad que tiene en la población la clase política es que tan sólo el 23% cree que mejorará. El resto no sabe, cree que se mantendrá igual y el 31% de la muestra, cree que el asunto va para peor.

A eso se le suma la completa desconfianza frente al poder judicial ya que la mayoría cree que no es un sistema completamente autónomo, no creen que sea imparcial, que se deja influir por los poderosos (Ya lo vimos con el caso de Martincito Larraín y por eso no se puede culpar a la gente); además, no creen que se nos garantice igualdad ante la ley y a un 80% no le da ninguna confianza.

Para finalizar, se incluyen en la encuesta algunas preguntas sobre la rutina de Daniel Alcaíno, con su personaje Yerko Puchento, sobre los Caso Penta y Caval. De los encuestados, el 63% no vio la rutina. Pero del 37% que si la vio, el 81% señaló que fue muy buena. Además, un 74% señaló que no se le pasó la mano con las críticas a Sebastián Dávalos.