El estudio de un artista es el refugio de los embates del mundo cotidiano. Dentro de esas cuatro paredes, con tragaluz, con o sin ventanas, con balcón, ventilación, aire estancado, con un orden perfecto o el desorden idóneo, el artista vive, respira, transpira y sangra. Imagina por un momento que estás encerrado en un cuarto donde vivirás hasta que tu mente y alma te permitan expresar aquello que oprime tus venas y tus nervios. Deberás llegar hasta el límite de tus capacidades físicas y mentales, tendrás que coquetearle a la locura y negarle el beso a la muerte. Deberás sobrevivirte a ti mismo y a aquellos que te instigan a desistir. Sólo tienes a la luz del día que entra por cualquier recoveco, el agua que recuerdas debes beber y algún bocado que se cruza en tu camino.
Cuando por fin tu obra máxima está concluida y en ella está plasmada tu vida y tu acercamiento a la muerte, todo comienza de nuevo. Observas las huellas de la gran batalla, las manchas de pintura en el piso y las paredes, los cientos de botes vacíos de pintura y una innumerable cantidad de trapos sucios. Bocetos aquí y allá, restos de comida y olores indescifrables. En algún momento deberás despejar aquello para dar lugar a lo que venga y librar de nuevo una batalla contra ti mismo.
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En las siguientes fotografías de los grandes maestros del arte se observan estudios tan radicalmente distintos que sorprende a propios y extraños. Sin embargo, es entendible que cada uno de los artistas posea diferentes hábitos creativos y herramientas que le ayuden a llegar a la obra que su mente y corazón buscan. Quizás el estudio de Francis Bacon con un aparente desorden parezca un infierno para poder trabajar, pero curiosamente cuenta con una gran iluminación y seguramente, un orden que va más allá de nuestro entendimiento. Caso distinto el de Hans Hartung, quien en aras del minimalismo y la austeridad, presume un iluminado y espacioso estudio, donde a pesar de las marcas de batalla artística, el orden impera.
Cultura Colectiva te presenta 29 fotografías de estudios de los grandes artistas:
Por Alejandro Campos / Via Cultura Colectiva