En Bolivia se ha producido un acontecimiento histórico que tendrá rebotes y consecuencias continentales y mundiales: los pobres y explotados abrieron los ojos y la mente y votaron por ellos mismos, por los pobres, en contra de la burguesía minoritaria, votaron en contra de los intereses capitalistas y del imperialismo. Votaron por el MAS y Evo, votaron sin miedo por el Socialismo.
La mayoria clasista de la población, las masas empobrecidas, los “indios”, los proletarios, los explotados, los mil veces despreciados -votaron por ellos mismos- por sus hijos, por su clase. Y se transformaron en mayoría electoral aplastante, que ha comenzado a escribir una nueva historia para Bolivia y para toda “SurAmérica”.
El pueblo boliviano no se vendió, no creyó en los candidatos de la burguesía, tampoco en los reformistas y colaboradores de turno, no tuvo miedo a las amenazas de golpes militares patrocinados por USA. El pueblo boliviano comenzó a entender el significado alienante del capitalismo y su actual expresión neoliberal, y no tuvo miedo al futuro socialista que representa el MAS y Evo, un indígena pobre como la mayoría de los bolivianos.
Recordamos que en 1952 en Bolivia, triunfó con las armas la primera y única revolución verdaderamente “proletaria” que se ha dado en SurAmérica. Los mineros, con dinamita en las manos, se tomaron los cuarteles militares y desarmaron al ejército de la burguesía, tomaron ellos las armas en sus manos y se apoderaron del Congreso y del palacio de Gobierno. Ellos querían una “Bolivia socialista” -pero no supieron qué hacer con el poder en sus manos- eran mineros aguerridos, con conciencia de clase, pero no supieron concretar sus anhelos de terminar con la explotación capitalista.
Los mineros bolivianos sabían en 1952 lo que querían para su país, pero no sabían cómo hacerlo. Por eso se equivocaron y tomaron la decisión de entregar ese poder y el gobierno, a partidos que planteaban un amarillo pseudo izquierdismo, un reformismo. Le entregaron el poder a Siles Suazo y Paz Estensoro. A poco andar esos vendidos le entregaron nuevamente las armas al ejército burgués, y fue restablecido el poder de los ricos y la dependencia norteamericana, el robo de las riquezas de Bolivia.
Es bueno recordar ahora al Che, que captó el potencial revolucionario que había en ese pueblo explotado al máximo. El Che no logró desarrollar su guerrilla libertaria, y fue traicionado por el reformismo, que lo aisló y vendió al enemigo de clase y al imperio. Su sangre contribuyó a fertilizar esa tierra que hoy levanta banderas socialistas, que flamean en las manos de Evo.
Toda la izquierda revolucionaria debe celebrar y apoyar este triunfo histórico del socialismo “comunitario” como le llama ese pueblo hermano. Socialismo que debe seguir democratizándose y creciendo, que no debe caer en el “estatismo burocrático” manejado por una nueva clase, que no debe caer en el sustitutismo del pueblo por un partido, que a la vez es sustituido después por una dirección de iluminados que pasan a controlar todo y que terminarían matando esta bella democracia socialista comunitaria, este poder popular, que emerge de la “democracia electoral burguesa”.
La burguesía chilena y los reformistas chilenos, que no se sacan ni para dormir la camiseta neoliberal, deben echar sus barbas en remojo, porque ese ejemplo se repetirá en SurAmérica y desde luego en Chile. Por ahora, nos damos el lujo de tener cuatro candidatos que son neoliberales o bailan al compás del neoliberalismo. En Chile las elecciones burguesas sirven para afirmar el neoliberalismo, sirven para fortalecer la dependencia vergonzante del imperialismo. Ningún candidato plantea cambiar el sistema capitalista por el socialismo; los que no son de derecha son marionetas de la derecha.
Por éso. Reiteramos el llamado a votar nulo el próximo domingo. Este llamado se suma al que realizan todas las fuerzas de izquierda consecuente de Chile. Dejemos a los reformistas que se pudran más y que terminen ingresando abiertamente a la Concertación. Ya han hecho los méritos necesarios para ser porteros de La Moneda.
Por Nicolás García
Secretario Político del Bloque por el Socialismo Revolucionario (BxSR)
Subsecretario de Comisión Política del PS (1971-1973)
Texto subido por: